Dos puntos diferentes, pero cercanos

En Alaska, precisamente cerca de un lago escarchado,
un hombre caza un par de aves y
las mete en una bolsa de piel de foca. Luego,
cose la bolsa por dentro y la entierra
hasta que el calendario le marque la llegada del invierno.
Una vez más, ahí, escondido en ese lugar
y de la misma forma que lo hicieron sus ancestros
el hombre se entrega
al incansable rito de la supervivencia.


En Nueva York, precisamente en la Plaza Central Park,
un hombre escribe en un viejo anotador un par
de versos sueltos. Luego, firma y,
sobre la Fuente Bethesda, deja la libreta.
Un vez más, ahí, escondido en lo íntimo de sus sentimientos
el hombre escribe de la misma forma
que lo hicieron los grandes soñadores
para que algún desconocido encuentre sus letras; y así,
pueda ser otro superviviente, incluso, después de muerto.

 

Diferencias abismales de eventos y culturas, pero un mismo objetivo, trascender...Hermoso y profundo poema!! Un abrazo, amigo poeta.

 

Qué bueno Danie... Los objetos nos sobreviven, van más allá del fulgor de una vida.
Hay algo de atávico —y de romántico— en dejar marcado nuestro nombre en las pieles de las piedras y de los árboles.
Hace un tiempo publiqué un poemita, «Humanamente objeto», que me recordó a la temática que desarrollas de forma brillante en este hermoso puñado de versos.
¡Un abrazo!

 

see... las diferencias que marcan y dividen polos inmensos...

gracias por pasar Miguel. abrazos.

 

es cierrto... nada sobrevive " y menos en el mundo actual" pero bueno de alguna forma creo que se deja huella...
y lo que publicaste me encantaría leerlo porque tú escribes bien...
abrazos y ,claro, gracias...