Dosis de realidad en L.A.

Estoy en L.A.
sentado en un banco
en el centro de luna park.
A mi lado se sienta Bret Easton Ellis,
está rojo y gordo.
Me ofrece una cerveza.
Digo: ya no bebo.
Responde: yo tampoco
y se la bebe en dos tragos
mientras se recuesta
mirando las chicas pasar
y yo busco el trankimacín
para contrarrestar
mis dosis de realidad.


Hay un tio negro,
grande y viejo
me cuenta que fue el mejor boxeador
de todo L.A.
Asiento, y digo: claro, tomate otra más.
Dice: podria golpear hasta matar
y lo demostraré, asi que elige
o tú o uno de los demás.
Miro y veo un borracho apoyado
pero me identifico demasiado
y eligo a la tia de la cartera
que sonrie y parlotea.


Veo a tu madre
en las tragaperras.
Escandaliza con sus enormes tetas,
sonrrie y gana.
(¡Ahí es nada!)
Me mira y me guiña
un ojo pero finjo
no conocerla
y hecho mano a las pastillas
para calmar
un poco
mis dosis de realidad.


Ahora estoy en los aseos.
Tengo ganas de vomitar:
he tomado cervezas sin alcohol
(ya no bebo)
y luego algunas con alcohol.
Me encuentro de nuevo
con Bret Easton
y no sé por qué le pregunto por tí
me dice que ya no estás en L.A.
- Está en Tokio.
-¿En Tokio?
-si, pero da igual,
de todas maneras ella...
creo que está...
Vomito
y busco desesperado en mi bolsillo
algo de equilibrio
para contrarrestar
estas putas dosis de realidad.







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Vaya momento… De todo ocurre en ese relato y lo captas como lo más cotidiano. Un placer leerte. Saludos.

 

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