Duendes del destino

Cuántas las noches perdidas sin ti,
cuántos los sueños caídos al pozo,
cuánto llorar el perdido alborozo,
rota quedé, la sonrisa perdí.
Nada ya queda en tu mente de mí
pronto el olvido tomó mi lugar,
mal me porté y lo debo pagar
pido tan solo no guardes rencor,
ya me castiga mi propio dolor
sufro en silencio, no puedo olvidar.
.
Vienen recuerdos también de dulzor,
noches de besos allí frente al mar,
sueños forjamos sin nada que hablar,
sobran palabras si manda el amor.
Pienso en tus manos y siento rubor
¡cómo temblaban buscando mis senos!
poco importaban la lluvia y los truenos
solo querían lograr esa estrella,
esa que sueñan las almas sin huella
esas que nunca supieron de frenos.
.
Puso las manos en ello el destino
trajo los vientos que hielan el alma,
vino a romper la pureza y la calma
duro y conciso cortó nuestro trino.
Mal se portó ese monstruo dañino
gusta medrar destrozando las vidas,
hizo las nuestras dos causas perdidas
lejos ya el tiempo, llegué a entender;
¡malo ese bicho y su mal proceder!
goza y disfruta rompiendo las bridas.
.
Saben amantes que un crudo destino
mata los sueños que quieren volar,
sueños que luego verán sollozar
torpes buscando una cuerda y un pino.
Creo que hay duendes que marcan el sino,
gozan haciendo las vidas pedazos,
sufren si ven al amor dando abrazos
duendes que viven sembrando dolor,
buscan tan solo con nulo pudor
rompan amores por siempre los lazos.
​

 

El amor desde el fondo de las raíces. Un verdadero agrado pasar.

Saludos, Mauricio