Dulces recuerdos

Amada mía tan cerca de mi alma,
tan lejos de tus besos,
tus abrazos ahora son sueños,
sueños de lágrimas.
Que felicidad haberte amado,
que tristeza haber perdido una rosa blanca.
Yo vencido, camino,
llorando lágrimas amargas,
que recuerdos tan dulces,
cuando soñabamos juntos,
que triste soledad,
mirando tu almohada.
Yo tuve una rosa blanca.​

 

Cuánto dolor y cuánta tristeza descubro en ese poema de inmenso amor.
Tu rosa blanca sigue estando ahí, a tu lado, en tu corazón, en el aire que respiras, en cada verso de tus poemas ella te extiende sus brazos y te abraza. No se ha ido, sigue contigo.
Un fuerte abrazo para ti y un beso enorme para esa rosa blanca.
José Ignacio.

 

Evocativos versos bañados en tristeza y soledad recordando ese gran amor que ha quedado impreso en el alma. Recibe un cordial saludo con mis mejores deseos para tu vida. Hasta pronto.

 

Bella melancolía de la ausencia, aunque nadie nos podrá quitar nunca los momentos al lado de ella. Me ha gustado amigo Manuel. Un abrazo. Paco.