1. Invitado, ven y descarga gratuitamente el cuarto número de nuestra revista literaria digital "Eco y Latido"

    !!!Te va a encantar, no te la pierdas!!!

    Cerrar notificación

Duro invierno

Tema en 'Poemas Melancólicos (Tristes)' comenzado por alexep21, 29 de Noviembre de 2007. Respuestas: 0 | Visitas: 845

  1. alexep21

    alexep21 Poeta recién llegado

    Se incorporó:
    2 de Julio de 2007
    Mensajes:
    89
    Me gusta recibidos:
    0
    Duro invierno
    por: alexep21

    De la calle, camino al parque inhabitado,
    del parque, a algún lago congelado
    mi alma pasó a ser un objeto inanimado,
    recorriendo las calles muy agazapado.

    Tocando mis pensamientos con aire frío,
    recibiendo de un niño un delirio,
    pobre pequeño, queriendo reunir amor,
    con aquel viento helado repleto de dolor.

    No sé qué venderá aquel chiquillo,
    sí un puñado de caramelos congelados,
    o la compasión de verle quebrado un tobillo,
    y ver cómo sus sueños le son arrebatados.

    Duro invierno, serás cruel y traicionero,
    pero no sabía que robaras algunos sueños,
    tal vez los guardaras en un ropero,
    sin pedir permiso a sus dueños.

    Vístete de blanco, porque borras memorias,
    Mitigas el odio con tu pureza aparente,
    los abrazos y besos son tus victorias,
    pero los desamparados retienen su aire caliente.

    Pobre chiquillo, se asoma en mi alma,
    tal vez encuentre algún calor de humanos,
    y espere a la dulce primavera con calma,
    sin morir debajo de un pasamanos.

    Llora dulce niño, riega tu llanto cálido,
    que al menos tu cara sienta calor,
    y no puedas quedar como un inválido,
    sin poder moverte sintiendo mucho dolor.

    Pasen tristes horas, ríanse de este desdichado,
    pero no contemplen a este niño burlonamente,
    rueguen que la nieve sus pecados haya desmanchado,
    que siga amando al mundo intensamente indiferente.

    Cuando dejó de verme aquel niño,
    le dí unas insignificantes monedas,
    eue no sustituyen al fuerte cariño
    de una familia al que tu amor dieras.

    En ese momento recobré la conciencia ,
    corrí apresuradamente para llegar a una cita,
    tal cual fuera a cumplir alguna penitencia,
    a la casa de una ancianita muy querida.


    Toqué la puerta y salió ella tambaleándose,
    solo podía caminar con aquel bastón,
    oí que bajaba las escaleras golpeándose,
    y ya olía aquel ambiente inmutable.

    “Mamá, perdóname por llegar apenas”,
    solía decir tan torpemente con mi vergüenza,
    “Quiero abrazarte madre sangre de mis venas,
    tú que has aliviado algunas de mis penas”.

    “Ví a un pequeño niño medio moribundo,
    y me acordé del amor que compartías,
    del que me podría envidiar el mundo,
    pues naturalmente era el tuyo mamá”.

    “Hijo, algún día partiré con esta nieve
    y estaré junto a los vientos acariciándote,
    aún cuando mi recuerdo en ti sea leve
    procuraré que mi calor esté siempre acariciándote”.

    “Mamá, yo nunca me olvidaré de ti
    porque siempre que sea invierno te esperaré
    viendo cómo traes el invierno a mí,
    con esa blancura que traigas te sonreiré”.

    “Y de hoy en adelante procuraré
    que el invierno no traiga tristes realidades
    y a los desdichados mi cariño daré
    por todas tus humildes bondades”

    Las campanas suenan con ritmos intrépidos,
    atrapando algún oído con sonidos sórdidos,
    recorriendo la casa donde abrazo a mi madre,
    agradeciendo que siempre vendrá con el invierno.

    Y a aquel niño que me hizo recobrar la conciencia,
    de que mi madre me amó sin pedírselo,
    y que despertó mi cariño en este invierno,
    le debo la vida en el amor sin habérselo recompensado.
     
    #1

Comparte esta página