Echando a perder se aprende. Sí, claro, cómo no

Amar es un aprendizaje diario.
Es sumar elementos a la noble
tarea de entregarse por el doble
si el fin así lo estima necesario.

Puede tomar un curso lapidario
y asir con ambas manos el mandoble
que rebana ese corazón de roble
cuyo interior es débil y precario.

Pocas veces sorprende en lo más alto.
Hay lecciones que ruedan por el suelo
y llegan a los pies sin sobresalto.

Así un error se cubre tras el velo
de otro pasado error que por asalto
socava la raíz de un torpe anhelo.


​

 

ESTIMADO, Sergio, a veces siento que hay amores que no solo se llevan el doble sino el doble del doble...o sea amores cuadrados...
pero si lo tuviese que hacer de nuevo, ahí me tendrías otra vez al menos por este amor que ahora experimento, que no es perfecto
pero que duele, duele hasta lo profundo...

Besos y que hermoso poema en realidad,

 

Eso solo le pasa a algunos "masoquísticos"
Un beso, Guadalupe.

 

El amor, amigo Jorge. Siempre complejo, el amor perfecto es vivir solo y tranquilo.
Un abrazo, amigo.

Paco

 

No, por favor
Muchas gracias, Paco. Un abrazo.

 

Encantado con tu visita y comentario. Un abrazo, Maramín.

 

Está lindo el poema, Sergio. Abre la ventana! Saludos y hasta mañana.

 

No, porque puede entrar "el fresco"
Jajjajjajj
Besos, Azalea.

 

Jajajaja chaoooo

 

Magnífico, Sergio. abrzo

 

Chaito.
Um beso, Azalea.

 

¿En aquel entonces o ahora?

Muchas gracias, Rosmery.
Un beso.

 

Un constante aprendizaje que a veces da sorpresa como la vida. Saludos, Vampire.