Ecuador

Cual réplica del cielo
te yergues tierra mía,
llevando en tus entrañas,
la furia de un titán.
La fama que conservas
de todos tus volcanes,
ha eternizado en lauros,
tu nombre, MI ECUADOR.
Famoso el Chimborazo
perpetuamente blanco,
que un día dio a Bolívar
sublime inspiración.
Qué más puede pedir
del mundo, cualquier pueblo,
si no es al gran Pichincha
que grita: “Libertad”
No menos majestuoso
hallamos en oriente,
al gladiador inquieto
que llaman el Sangay.
Qué lindos y apacibles
son todos tus paisajes,
que invitan en las tardes
a delirar de paz.
Al dirigir la vista
por todos tus rincones,
resaltan arrogantes:
los huertos, el maizal.
Y completando el sueño
de tan real deleite,
cantamos a la bella
mujer de mi nación.