Edelvives

Dormida y trenzando la blanca espera,
de azucenas secas y velas sin cera.
Tus pies en el altar de los altares
y tu manto pulcro de bordados inertes y metálicos,
como la luz de las estrellas que tachonan mi noche,
la negra bandera
que me aborda ahora que tengo los tesoros olvidados.

Tú sabes que mi cruz es de madera
y que no pesa,
que tienes que ayudarme mientras ceda
mi cuerpo marchito,
que tienes que poder aunque no puedas.
Porque en el brillo tenue de mi vista cansada
duermen los estertores que no llegan.

Como inútil espiga de alabastro,
tu estatua me contempla.
Pero sabes que soy el que te mece
de noche en la tormenta,
el que viene con agua adelantada
para llenar terruños con caricias
y sueños salpicados de edelvives
para una vida entera.

 

Ah! Francisco, que lindo coincidir después de tanto tiempo, veo que es intacto es sus promesas y sueños,
bellos versos mi querido amigo.

Un gusto leerte, besos

 

Gracias Azul, muchas gracias siempre a ti, amiga. Un beso.

 

a la larga espera le espera un amor
tatuado en el tiempo
con aquella sensación
que se volverá lienzo,
gracias por compartir
Abrazos
Denn