Edgardo Vicente

Desde que tengo uso de razón
ostentas el título de mayor grado.
Nadie más me hizo tanto reír
y me miró con tanto agrado.

El más grande de mis hermanos
sucumbe a manos de un arma de palo,
cumpliendo con mí deseo, poco sano,
de matar a todos los supuestos malos.

Sonrisa entre ametralladora y uniforme.
Agazapado satisfaciendo una necesidad.
Sereno, de franco, sobre tanque enorme.
Tu buen humor fue tu gran cualidad.

Cualidad que se fue flotando por el río.
Cumpliste con el chiste del patriotismo.
Volviste del sur trayendo su frío.
Algo en ti ya no era lo mismo.

Queriendo reencontrar un aire cálido
iniciaste de noche una corta carrera.
tomaste la curva demasiado rápido
donde antes no había barrera.

De tanto encontrar obstáculos
se termina siendo prudente.
No estaba entre tus cálculos
rendirte tan de repente.

Mientras procuras componerte
te detienes en detalles simples,
los que sin saberlo te hacen fuerte
y son tu nueva marca para siempre.

Pensamos ¿dónde está la felicidad?
Entre esposa, hijas y nieto de fiesta.
Vemos la vida de forma parecida
al encontrar en la familia la respuesta.

Tranquilidad a orillas del lago,
no pidiendo más de lo necesario.
No consigue ni el mejor mago
encantarse como tú, de vivir a diario.
​

 

Simplemente... ¡Muy inspirado!

 

y que buena sería la vida sin guerras, querido amigo goodlookingteenagevampire, y por desgracia, siempre hay seres autoritarios... un placer leer tu obra, enhorabuena. Un abrazo, y mis mejores deseos.

 

Muchas gracias. Un abrazo, Eduardo.

 

Recuerdo que le correspondió hacer su servicio militar en Porvenir, durante el conflicto por el canal del Beagle. Siento que se fue una petsona y retornó otra.
Muchas gracias, tribuzen.
Un abrazo.