Efluvio

El niño se limpia las dulces comisuras de sus labios
y dulces palabras caen como azúcar en su regazo.
Deja las flores en el florero de los recuerdos,
se aprietan como ramos sin sus aromas,
promesas de lo bello y lo sublimado.

El niño tiene estrella y cuerpo de ángel,
derrama la ternura por los costados,
le hurgan las abejillas de sus panales,
le pulen las costillas en sus enjambres.
Liba el niño infeliz de su propio pistilo,
tallo hirsuto, madero de los castigos,
un néctar alcalino como la sangre.

Sangre, cuerpo, fuego, luz de una llama,
antigua luz con eco y voz de tambor,
resuenan las caricias de tu mirada
y vuelves al hechizo de tu canción

 

Muy dulce...


Un beso.
Ballenito.

 

La verdad es que lo puse por ti ballenito, porque me gustan tus comentarios, porque muy místico no es que sea, bueno un poco. Ya lo puse anteriormente y pasó desapercibido. Pensé que a lo mejor tu lo veías. Bs

 

triste que muchas veces los poemas pasen y por ser tantos no da tiempo a empaparnos de su contenido. Este poema es realmente hermoso y le ponemos alas para que vuelva a volar en el portal. Felicidades hermano por tu fina letra.

 

Muchas gracias. Decías que no sabías si me habías leído antes, si, hace un par de meses. Leíste dos, no recuerdo ahora cuales y fueron de mis primeros mensajes. Un saludo

 

Ángel Virgilio te recomendo y tiene toda la razón...son buenas tus letras...bueno amigo te leo.

Un abrazo.