El Admirador

El Admirador.



Cuando escucho el sonido carrasposo del metal

y veo un cielo temeroso de cambiar su gris elemental;

quiero ser como tú.


Al ver con mirada propia como maltratas sensibilidades de un poseedor viciado

y los vientos ni siquiera osan cambiar el rumbo trazado;

quiero ser como tú.


No me avergüenza ser un idólatra si el objeto de mi admiración está aquí,

al merecedor lo que le corresponde, desde siempre ha sido así.

Y quiero ser como tú.


Acabar con malas artes a todo aquel quien se mueve con intensiones venenosas;

sepultar su lengua pegajosa en un estanque de pirañas juguetonas.

Solo quiero ser como tú.


Testosterona fluyendo rauda

y esa sangre siendo un furioso vendaval.

Con el fuego quemando santas de carnaval.


Eres pura fertilidad;

ellas lo saben bañadas en el manantial

del interés de su naturaleza jovial.


Brillas con intensidad solar,

atrayendo admiración con el solo caminar.

Besas tus tobillos con tanta humildad

Como queriendo absorber tu propia humanidad.


Será imposible aliviar,

mi necesidad dotada de compulsividad

No descansaré, jamás me detendré,

hasta robar entera tu esquiva identidad.​