El aire prometido

¿A dónde vamos que no pregunten por la casa?
Aguardan los amigos, la madre y el abuelo
que suponen el punto final o de partida.
Los oráculos ignoran sus deslices,
sólo juegan al discernimiento de parábolas,
agotados los concilios.
Toda casa
se erige con las barajas del rubricante.
Yo también lance otros cubos
y escondí bajo la mesa un rectángulo de as.
En ese tiempo apenas advertíamos el orden,
su contención en los anales administrativos.
Ahora comprendemos la necesidad de la encomienda,
de hacer trampas,
asumirlas con disciplinada indisciplina.
¿Y la casa?
¿Cómo respiramos su artificio?
¿Quién deroga la última sentencia,
nuestra complicidad de bumerán
[FONT=Verdana]donde asumí un papel en blanco,[/FONT]
[B][FONT=Verdana]protagónico?[/FONT][/B][FONT=Verdana]
[B][FONT=Verdana]Pregunten mientras hablo con mi sombra[/FONT][/B][FONT=Verdana]
[B][FONT=Verdana]y rebotan las palabras[/FONT][/B][FONT=Verdana]
[B][FONT=Verdana]contra los oídos del silencio.[/FONT][/B][FONT=Verdana][/font][/font][/font][/font]

 

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Muy hermoso tu poema....un abrazo.[/font][/font][/font][/font]