El alimento.

(Mauro saca una empanada de la canasta.)

Mauro: ¿De qué es?

Mamá: De... pollo, creo.

Mauro: ¿Quién la hizo?

Mamá: Lidia Herr.

Mauro: Paso.

Mamá: ¿Por qué? Si te gustan las de pollo.

Mauro: Por que esa mujer es vieja, ma.

(Ahora recoje una naranja de la misma canasta.)

Mauro: ¿Y a esta quién la hizo?

Mirta: Dios, hijo.

Mauro: Ah, no... Ese es más viejo.

(Y arroja la naranja.)

 

Hola amigo, me re gusto esta prosa. Sabes una cosa? Me animo mucho que me hayas dejado tu comentario. Habia dejado de entrar al portal por esa gente que cree escribir perfecto con acento con todas esas cosas. Yo nunca fui a un taller literario me gustaria pero mientras soy lo que escribo.
Estuve leyendote un poco y esta me fascino, me hizo reir. Gracias por pasar y que algo nos inspire. Saludos

 

Brian, primero gracias por pasarte y omentar. Ahora con respecto a lo que decís acerca de algunos comentarios que te pudieron haber hecho, te digo que en la rama del arte que elegiste, la literatura, aspectos como la ortografía y la gramática son importantísimos para poder crecer y desarrollarse bien. Sin embargo, al tratarse de un arte, lo esencial en él es lo que salga de tu interior, aquello que quieras maniferstar al mundo de vos mismo, y con respecto a esto, te reitero mi sincero interés en tu capacidad literaria y por qué no lingüística también.

¿Y sabés qué vas a hacer con esos que se creen que escriben seriamente y mejor que vos? Los vas a dejar con la boca cerrada cuando escribas una obra que no puedan criticar de modo negativo. Pero para esto último falta tiempo y esfuerzo. Tenés 16 años, creo, te falta crecer. No es algo negativo, man, es algo re positivo. Tenés un don que a muchos —entre los que me incluyo— les hubiera gustado poseer a tu edad. Seguí así. Espero leerte más seguido amigo. Saludos.