El alma ausente de este pequeño castillo

Hace tiempo que no escribo sobre ti, ese ser del cual herede sus ojos, tono de piel y forma de ser.

Muchas veces te soñé hablando conmigo con ternura y protegiéndome de la crueldad ajena.

Las cosas han cambiado desde que te has marchado una silla vacía indicando que falta alguien

Las reuniones familiares se han vuelto un fastidio ya que tú eras siempre el alma de este pequeño castillo

Que se ha ido derrumbando poco a poco desde tu partida y ya de lo que se llamaba familia no queda nada.

Si bien no me faltan amigos pero aún extraño tus cálidas palabras cada vez que mi piel estaba maltratada

por ese infame ser que compartió un tiempo mi almohada siempre estabas tú diciéndome hija esta es tu

casa.

Donde estés espero te encuentres bien y no este molesto conmigo quizás estoy loca como dice la que se

dice llamar mi gente por no seguir el camino que esperan de mi, pero te aseguro que no existe maldad en

mi y dios es mi mayor testigo.

Extraño tu voz entonando en forma tan melodioso esos tangos de antaño, no sabes cuanto me emociono

cuando los vuelvo a oír y cierro los ojos y me transporto en el tiempo a mi niñez. Sé que un pedazo de ti se

queda conmigo al tu morir y nunca se ira

Ya que es el que me da la fuerza para seguir y luchar por lo que creo pueda ser mi felicidad. Espero que

este te amo que hoy te envío llegue a ti mi dulce padre espero volverte a ver aun que solo sé que será

cuando deje de existir en este infierno llamado vida, solo espero que tu me recibas con tu gentil sonrisa.