¡El amado de las rosas!

¡El amado de las rosas!


¡Oh hermoso amado!

¡Tan pronto me dejaste enamorada,

que no pienso en otra cosa,

que en tu dulce mirada

y las aguas cristalinas de tu boca callada!


¡Qué hermoso es tu ungüento!

¡Que oloroso es tu fervor!

¡La belleza de tu rostro es mi canción!


¡Son tus ojos cristalinos,

como cántaros de miel,

se han llevado de mi alma toda hiel!


¡Tu belleza me levanta!

¡Tu hermosura es mi acordeón

y cuando yo me caigo es mi bastón!


¡Me derrito entre tus brazos!

¡Me derrito entre tu amor!

¡Morar en tu viñedo es mi ilusión!


¡Oh amado de las flores

que apacientas las ovejas,

llévame a pastar en tus reservas,

en las praderas de tus montes,

en los sembrados de tus prados,

y donde tú apacientas tu ganado!


¡Oh amado, oh precioso!

¡Oh sonido bello estrepitoso!

¡Las palmeras se te inclinan!

¡Los viñedos te abren paso,

y mi dulce descanso es tu regazo!

¡No tardes de dormirte entre mis brazos!​