El amo del ayer

El amo del ayer

Blancas manos y mil voces ponen fin
al bullicio de tu hacer desaforado
que se iguala a la conducta de Caín

Ante ti ya no hay voz que se silencie
ni que haga caso alguno a la sordera
de la que eres el género y la especie

No aterran de tus pasos ya el sonido
ni enarbolas la espada que camina
de aquél Libertador que nunca has sido

Ahora el miedo que servía a tu poder
puebla todos los resquicios de tu alma
y se vuelve contra el amo del ayer

Son las calles ahora tu tormenta
y el barrio a tu navío es vendaval
que destroza sus velas virulentas

No fue el mal o la horda de un imperio
ni abuso de un ajeno entrometido
el que al fin calló tus improperios

Son las madres, los padres y los hijos,
las hijas y el clamor que ya no es tuyo
los que han desentrañado tu amasijo

¿Seguirás imaginándote el ungido
el dilecto, el elegido, el salvador,
el falaz que no sabe que ha caído?

No te queda, lo sabes en soledad,
más que huir a tu corte de leprosos
que se lucran del alarde a tu maldad

Sólo resta a tu anhelo la violencia
pues no existen argumentos que en tu voz
razonen más allá de la indecencia

Pues el pueblo no es caballo que domar
por el amo del ayer que le trató
como nunca se le debe perdonar

¡Triste el sino del que tuvo en sus manos
la esperanza de tantos excluidos
que usó para enfrentar a los hermanos!

No te queda en adelante sino ser
de la historia un borrón que será ejemplo
del destino de todo amo del ayer

Gonzalo Himiob Santomé

 

vaya amigo, fuerte pero excelente tu reclamo hecha poesia, me ha gustado, saludos

 

Gracias Francisco, en efecto fuerte reclamo frente a las cegueras que nos toca padecer por estas tierras.

Un abrazo