El amor no cabe en un epitafio

Espero que esta navidad tengas detrás de la puerta un abrazo,
quisiera que no te haga falta ni tan solo un segundo,
están ridículo tener que pedir a los segundos y hasta al santa,
apenas recordar siempre cuando llega el ocaso.

Las cartas ya no se leen como antes,
siempre se rociaba del pregón de un suspiro,
estaba todo tan bien con amor en el mundo,
hasta que los tiempos modernos su frió plantaron.

El oso café con el cascabel te pareció hermoso,
las tablillas de cacao, hicieron su efecto,
se que no en vano esa navidad sonreíste,
eso me lo dijeron los ángeles en un sueño.

Nunca quise que me dieras las gracias,
era de corazón todo lo que estaba haciendo,
dejar que muriera el miedo al querer sin remedio,
quise que me dieras tu mano y pasar a tu alma.

Ahora que recuerdo un día que estaba lleno de locos,
ese día volaban corazones con sangre de helio,
ese día me moría por besarte,
Perderme en tus labios y la vida darte.


Ahora que respiro al fin las rosas de la calma,
quería que las olieras estando en tu planeta,
quería que vislumbraras tu propia luz,
esa que me hacia vivir como hace poco.

Ahora que postrado, silencio, estas en mi mente,
no te considero una imagen que frustre,
te recuerdo como el sabor de despertar en las mañanas,
agradeciendo por un nuevo día.

Deseo que saborees como cuando yo podía,
ahora solo pido y abogo para que nada te falte,
no quiero que me lo agradezcas, lo hago con el alma,
ahora en el cielo estaré listo…y que un ángel te lea esta carta… (+)


Jonas Innuendo

 

bienvenido un poema dulce y muy sincero, un placer leerle saludos