El anaquel mágico

En la parte de atrás de nuestra vieja casa, en el anaquel debajo de las escaleras, hay una puerta muy pequeña, tan pequeña que está muy apretada, pero me hago pequeño y entro.
Oh...no sé qué ver ni qué hacer. Veo un mundo bello con tantos colores hermosos, donde todos sonríen felices, aquí no pasará ningún daño.
Los árboles están hechos de caramelos, la limonada fluye en la zanja y los bastones de caramelos desfilan por la calle de mazapán.
Probé con cuidado el timbre de una bicicleta violeta. Mmmm, tantos dulces y completamente por nada. El ladrillo de una casa sabe a tofee real, me como tal vez dos.
Pero de repente escucho : "buenos días". Siento una palmadita en mi cabeza. Me despierto de mi sueño, pero con la barriga llena.

 

Muchas gracias poeta por el tiempo que se toma de leer y por dejar sus certeras opiniones en mi espacio, como igualmente las apreciaciones. Mis saludos cordiales