El aplauso del Clarinete

En el tiempo escondido
sollozaba sin cesar
repugnante sin caricias
delegaba sus tristezas
piense y piense sin pensar​

dedicaba ese tiempo
al polvillo blanquecino
distintivo e inigualable
muladar empobrecido
compañero en ese viaje​

reprochaba las palabras
con el pecho en la tierra
ignorando lo caliente,
lo farsante, lo ignorante
que la gente siempre niega​

su destino empobrecido
con el alma hecha pedazos
viaja vuela y se acomoda
el cañón de la escopeta
tierno y listo la detona​

el silencio ya no piensa
nunca más regresará
pues comienza su martirio
por haber revalorado
locamente ese camino​

en fin sangre y tiempo nada más...​