El árbol sediento

En el patio, sembrado, el árbol sediento;
Sentado, esperando, tranquilo y sereno,
Su triste mirada eleva hacia al cielo
Ente grises frutos de musgo cubiertos.

Sus toscas raíces en árido suelo,
Sus débiles ramas: títere del viento;
Espera paciente que se derrita el hielo
Presente y real tan solo en sus sueños.

Inmóvil, callado, esclavo del tiempo,
Hoja por hoja lo engulle el invierno;
Produce miradas de triste recuerdo
Sus tallos quemados, su tronco tan seco.

Y un hacha sepulta su hoja de hierro,
Doliente y sufriente llora el madero,
Arden las brasas, crepita el vil fuego:
Cenizas quedan del árbol sediento.​

 

bellisimo poema, las imagenes del arbol, con las hojas devoradas por el invierno me gusta, saludos.

 

gracias por pasar y dejar tu sincera impresión...
Paz y bien, un abrazo!