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El asentamiento

Tema en 'Prosa: Surrealistas' comenzado por Asklepios, 17 de Diciembre de 2021. Respuestas: 0 | Visitas: 281

  1. Asklepios

    Asklepios Digamos que a tientas

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    Aunque la datación de los restos encontrados no era lo suficientemente concreta, preocupaba más saber el porqué de su aparición y desarrollo en terreno tan impropio de aquel asentamiento, pues no localizamos señal alguna de vegetación y curso de agua, por mínimos que fueran, en cientos de kilómetros a la redonda.

    En referencia a estos hallazgos surgieron hipótesis varias de frágil credibilidad, pero a las que se recurría para argumentar razonamientos que, más que otra cosa, eran verdaderos dislates o impresionantes bravuconadas vacías. Aun así, destacaba una, entre otras cosas, por el alto número y relevancia de sus seguidores. Sostenían, dada la peculiar distribución observada,- tanto en los estratos más antiguos como los encontrados en los inmediatamente superiores-, de los restos humanos desenterrados, colocados en grupos de siete en siete individuos os. Destacar que, el número de cuerpos encontrados en las capas más altas resultó ser muy superior, circunstancia que revelaba el notable crecimiento demográfico que, con el paso de los años, se dio en aquella sociedad.

    Meses de lento y duro trabajo posibilitaron que se sacara a la luz las ruinas de una docena de habitáculos en los que se hallaron restos alineados como los ya encontrados pero con una peculiaridad. Aquí estaban intercalados por sexos y, al parecer, sin importar las edades de los cuerpos. A esto, todavía no se le ha encontrado respuesta alguna.

    En un principio se creyó que estaban colocados en círculo pero fue más tarde, tras tomar imágenes aéreas de la zona desde una peligrosa, incompleta y antigua avioneta, -que alguien consiguió la proeza de hacerla volar-, que se halló la verdad. Las fotografías revelaron que aquel asentamiento dibujaba una elipse que llamó nuestra atención por su perfección. El asombro y desconcierto fue general.

    Extraer los últimos lamentos no resultó tan difícil como sí lo fue el separar un inmenso desdén, profunda e irregularmente incrustado que, cuando lo conseguimos, supimos que aquello nos facilitaría mucho la comprensión de todo el material que ya teníamos incluso almacenado hasta ese momento. Y también el que aún esperábamos encontrar… como así fue…

    Por suerte, pudimos recuperar numerosas calumnias en avanzado estado de descomposición, aunque la peculiar tonalidad que presentaba su paisaje,- extrañamente tibio-, planteó numerosos contratiempos que retrasaron el normal desarrollo de puntuales y críticas tareas, de las que dependían muchas otras. Así, nos vimos obligados a detener totalmente el trabajo hasta superar y resolver todos los inconvenientes.

    Héctor, a quien en un principio no se le había asignado labor alguna, durante varios días pudo curiosear, entrar, salir, charlar con y conocer peculiaridades diversas que, tiempo después serían de gran utilidad.

    Después de algo más de dos semanas decidimos que un pequeño grupo se centrara en estudiar algunos de los objetos recuperados: recipientes, complementos, utensilios… y otro grupo se centrara en la gran cantidad de armamento encontrado tal como cuchillos, espadas, escudos, hachas… que apuntaba que aquella sociedad tuvo que ser acusada-mente guerrera aunque dado su aislamiento, no nos podíamos explicar el porqué de aquel arsenal.

    Dentro de las ánforas que pudimos recuperar, aunque no en todas, hallamos algunos rollos de pergamino bastante mal conservados en los que se podían ver fragmentos de extraños dibujos y peculiares signos alineados, supuestamente escritura que apenas se ha podido traducir. Lo poco que sí se ha conseguido descubrir apunta a que nada sabían de afecto, caricias,-no existían por entonces-, de buena disposición hacia los demás, o de cualquier otro síntoma de un comportamiento mínimamente unificador o social para con el resto del grupo. Es lo más probable que, la continuidad de esta sociedad durante tantas generaciones, lo hicieran posible unas relaciones sexuales puramente salvajes, de nula diferenciación respecto a cualquier otra especie animal.

    La época de lluvias no acababa de llegar y el calor, más denso y pegadizo que nunca, nos hacía más nerviosos e irascibles. Racionar las reservas de agua, decisión tomada desde un primer momento, sin ser la solución definitiva, fue la única y más acertada decisión que se tomó mientras duró nuestra expedición.
     
    #1

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