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El auténtico antisistema

Tema en 'Prosa: Sociopolíticos' comenzado por Kwisatz, 1 de Abril de 2012. Respuestas: 5 | Visitas: 4042

  1. Kwisatz

    Kwisatz Poeta recién llegado

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    EL AUTÉNTICO ANTISISTEMA

    Es un hecho que hemos nacido en una sociedad de consumo. Vivimos insertos en ella. Más que eso, somos parte de ella. Ella nos alimenta y nosotros la alimentamos.

    Por eso me resulta cómico ver como los medios de comunicación se refieren a los vándalos que aprovechan cualquier acontecimiento públicos para arremeter contra el mobiliario público y los comercios privados como “antisistemas”.

    Actos de ira irracional que no solucionan nada, el equivalente a rabietas de niños frustrados. Un vano forcejeo para liberarse cadenas que los más lúcidos de entre ellos intuyen.

    Pero no, no son cadenas. Es algo más delicado y a la vez peligroso. Es un cordón umbilical.

    Si se corta existe el riesgo de morir de inanición si el ser que se desprende de él no está del todo formado.

    Ser un auténtico antisistema consiste en cortar ese cordón umbilical… y no morir en el intento.

    ¿Cuántos de los que vivís en la civilización podríais afirmar que no consumís nada producido por el Sistema? ¿Quién no consume electricidad? ¿Quién no compra nada en los supermercados? ¿Quién no dispone de un vehículo? Y así una multitud de preguntas similares.

    El auténtico antisistema en realidad es el perfecto autarca. Aquel que no consume energía o la produce él mismo, aquel que produce sus propios alimentos, aquel que cubre sus necesidades ajeno a la sociedad de consumo.

    Verdaderos antisistemas son las tribus que aún sobreviven en lugares remotos del planeta. Y ya sabemos cómo se emplea el Sistema para acabar con ellos.

    Pero no es la violencia donde se fundamenta el poder del Sistema. Es en la persuasión, en la cotidianeidad, en las pequeñas cosas que componen nuestro día a día. Cualquiera que haya leído “Fundación” de Isaac Asimov ya intuirá a qué me refiero.
    Vivimos en un mundo dominado por príncipes mercaderes.
    ¿Quién está dispuesto a renunciar a sus comodidades diarias? ¿Al bienestar que produce abrir un grifo y tener agua salubre a tu disposición? ¿A todos esos aparatos que nos “facilitan” la vida diaria y nos proporcionan confort y entretenimiento con sólo conectarlos a una de las arterias energéticas de nuestra urbe?

    Es ese el cordón umbilical al que me refiero. Tan poderoso como la necesidad humana.
    Esta es la trampa del progreso, y no hay vuelta atrás.

    Ahora bien, el poder que manejan los príncipes mercaderes no es inherente. Es un poder concedido por la fuerza que mueve los engranajes del sistema: el Consumo.

    Si una de las grandes revelaciones del siglo XIX-XX fue la del poder del Trabajo, la del siglo XXI debe ser la del Consumo.

    Es en la capacidad de consumo de cada ciudadano donde reside el auténtico poder. Si queréis rebelaros contra el Sistema usadla. Aprovechad la codicia de los príncipes mercaderes en vuestro beneficio.

    No nos queda otra.
     
    #1
    Última modificación: 23 de Abril de 2013
  2. Javieri1980

    Javieri1980 Poeta recién llegado

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    Hola Kwisatz!
    acabo de leer tu artículo y me ha parecido muy interesante, realmente estos días todos lo hemos podido apreciar en las noticias, y es que la "rabieta infantil" que apuntas, si no es canalizada correctamente no conlleva a nada productivo, todo lo contrario.
    Respecto al tema de "el verdadero antisistema" al leer tu argumentación me ha venido a la mente una película bastante antígua (creo que es de los años 80) llamada "La selva esmeralda" que trataba este tema y otros como la deforestación en el Amazonas, que es una de las consecuencias desastrosas del consumo irresponsable de las multinacionales y de los que les compramos a esas entidades. Supongo que la habrás visto pero de todas formas te recuerdo el título por si quisieras refrescarla.
    Un cordial saludo!
    Javieri1980
     
    #2
  3. Rubén Sada

    Rubén Sada Poeta asiduo al portal

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    Hola, amigo Kwisatz. He leído con mucha atención tu artículo, y concuerdo con la esencia del contenido. No obstante, creo que no hay que ser "fundamentalistas" del anti sistema. El hecho de ser "anti sistema actual" no quiere decir que deberíamos vivir 100% como los cavernícolas. De hecho, nuestros ancestros también tenían "su propio sistema", por lo que jamás, aún viviendo como retrógrados, podremos salirnos de todos los "sistemas".
    El sólo hecho de vivir nos colocó adentro de algún sistema. Nos hicieron nacer con aparatos modernos de medicina creados por el sistema. Y hasta para escribir y divulgar este excelente artículo se utilizó la tecnología provista por nuestro actual sistema.
    Aún así, podemos ser "anti sistema" en varios sentidos sin llegar a ser ni violentos ni fundamentalistas. Por pequeñas acciones, como la de contaminar lo menos posible el medio ambiente, plantar árboles, repartir poesía doquiera que vayamos, conservar la paz cuando otra persona nos provoca a la pelea, etc. Por ejemplo: El sistema actual depreda los ecosistemas que han tardado miles de años en sobrevivir, y para extraer oro dinamitan las montañas, contaminando millones de litros de agua pura. ¿Como hago para ser "anti sistema"? Pues por empezar oponiéndome a esa acción por los medios que estén a mi alcance. Luego, no usando nada que contenga oro. Pensemos que por cada anillo de oro se remueven 21 toneladas de roca y se contaminan millones de litros de agua pura. ¿Has pensado qué sucedería si nadie en el mundo utilizara el oro? Al disminuir la demanda, se protegería mejor el medio ambiente.
    http://rubensada.blogspot.com.ar/2007/10/pascua-lama-el-oro-sucio.html
    Es cierto, tal vez una o dos hormigas no harán que se modifiquen las cosas en el actual hormiguero. Pero de a poco debemos empezar concientizando todo lo que podamos. Ya de a poco se está formando la conciencia ambientalista en miles de personas. Pero todavía falta mucho por hacer.
    Tienes mucha razón en que el poder del sistema actual se halla en el consumo. ¿Tendrían más poder los consumidores, si dejaran de consumir? Pues, es algo que dudo. Mientras no sea posible dejar de consumir todo lo que nos provee el sistema, como bien lo expresas en tu artículo, podemos empezar no consumiendo aquello que perjudica al planeta. Y entre las muchas cosas que lo hacen está el oro [para la ostentación, el cual no es imprescindible, aunque también se utiliza en medicina y en ese caso sea necesario]. El agua pura vale más que el oro, y quizás sea motivo de una gran guerra futura por el control de la misma. Cuidarla es ser "anti sistema actual".
     
    #3
  4. Kwisatz

    Kwisatz Poeta recién llegado

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    Hola Skyeyes y gracias por tu comentario, me ha hecho reflexionar sobre la necesidad de matizar algunos puntos del texto que he escrito.
    Vivir en una sociedad de Consumo no tiene que ser necesariamente malo. Es más, el ser humano está "condenado" a vivir en sociedad. La perfecta autarquía es prácticamente una utopía y ,en cierto modo, contraria a las inquietudes e intereses humanos. Somos un animal social, aceptémoslo.
    No obstante, si hemos de vivir en una Sociedad de Consumo, hagamoslo en una en la que detrás del puro y duro consumo (es decir, la consumación de las necesidades humanas de toda índole) haya unos valores.
    Preocupémosnos más por cómo se producen los bienes y servicios que consumimos (por ejemplo, ¿Cómo es el trato laboral que dispensa la empresa a los trabajadores? ¿Respetan el medio ambiente? ¿Practican el comercio justo?) y si es posible antepongamos nuestros valores cívicos y éticos a la mera satisfacción placentera o el pragmatismo del precio. Se trata de ser más conscientes de que detrás del consumo existe un gran poder, que es la clave para cambiar nuestra sociedad a una mejor.
    Espero haberme explicado más o menos cláramente. Te invito a que leas los demás artículos que he escrito donde desarrollo este planteamiento si sientes curiosidad. Un saludo.
     
    #4
  5. Rubén Sada

    Rubén Sada Poeta asiduo al portal

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    Excelente tu respuesta, amigo. Creo que tus palabras son muy apropiadas. Además de contaminantes, las condiciones en las cuales algunas empresas multinacionales producen productos que no son necesarios para vivir, rayan en lo inhumano. Esto es causa de debate actualmente en la gigante asiática China, donde en pocos días unos 16 trabajadores (de edad adolescente o muy jóvenes) se han suicidado por las condiciones inhumanas a que se los somete en su línea de ensamblado de productos electrónicos.
    Ver: http://www.emol.com/noticias/tecnol...idios-en-una-fabrica-de-foxconn-en-china.html

    http://www.rnw.nl/espanol/article/suicidios-entre-trabajadores-chinos


    http://es.finance.yahoo.com/blogs/finyahoofinanzases/amenaza-suicidio-colectivo-cientos-trabajadores-chinos-161755693.html


    Todo esto acontece para que los niños ricos jueguen con la XBOX o hablen con celulares de última generación.
    Y hablando de celulares me viene a la memoria la guerra por el COLTÁN, que ha causado ya más de 4 millones de muertes en África, pero como los muertos son "negros pobres" de un país emergente, no ha causado demasiado revuelo periodístico este genocidio.
    Ver: http://rubensada.blogspot.com.ar/2009/07/yacimientos-de-coltan-esclavitud-siglo.html

    Ni hablemos de lo que acaba de ocurrir en Bangladesh en la fábrica de ropa que se desplomó. Mano de obra barata, simples piezas del sangriento engranaje capitalista.
    Por eso, no cambio mi celular a menos que sea imprescindiblemente necesario o se haya roto. Creo que cada uno, en pequeñas acciones cotidianas, demuestra si es o no "antisistema" y como lo has expresado en tu comentario, no podemos salirnos de la sociedad de consumo, pero sí podemos, con pequeñas decisiones cotidianas, reducir el consumo a lo imprescindible para vivir, y no dejarnos engatuzar por la falsa propaganda de que tal o cual producto nos hará más felices. La felicidad no depende de cambiar el celular a uno más moderno, porque éste en 6 meses será obsoleto y vendrá otro, y así sucesivamente. Si lo hacemos viviremos y trabajaremos sólo para engordar el vientre del mismo monstruo que nos engullirá y nos despedirá como desperdicio por su cloaca.

    Un saludo afectuoso.

     
    #5
    Última modificación: 24 de Julio de 2013
  6. Kwisatz

    Kwisatz Poeta recién llegado

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    Los ciudadanos del primer mundo tenemos que asistir con impotencia y vergüenza a las catástrofes humanitarias que generan nuestras sociedades.
    Pero como bien dices, desde los gestos más cotidianos se pueden cambiar las cosas. En mi opinión, lo que hace falta en realidad es organizar las buenas voluntades y darles objetivos políticos y económicos concretos.
    No es ser antisistema, es estar en contra de "este" sistema.
    Un abrazo cordial, amigo.
     
    #6

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