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El autor

Tema en 'Prosa: Generales' comenzado por Pedro Olvera, 21 de Agosto de 2020. Respuestas: 2 | Visitas: 355

  1. Pedro Olvera

    Pedro Olvera #ElPincheLirismo

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    —¡Ven, rápido!

    La voz de Ivania se escuchó muy cerca y abrí los ojos. Enseguida, ambos subíamos por unas escaleras de piedra, en un reducto oscuro, estrecho y tambaleante. Ivania me hizo saber que aquello conducía a un campanario de cuya existencia Mario nunca se había percatado.

    —Tenemos poco tiempo antes de que Mario despierte sin recordar nada, como siempre. Aquí no podrá… vernos.

    La agente Ivania “S” es el personaje más cercano a Mario de entre todos los que este autor ha creado para sus ínfimos relatos de espías. “Lo comprendo bien”, me ha llegado a decir Ivania, y su explicación es que allá afuera, en el mundo real, existió una mujer importante en la que Mario se basó para crearla a ella sobre el papel.

    No lo sé de cierto, yo apenas aparecí en los dos primeros capítulos de la novela que Mario está escribiendo actualmente, y no tengo las cosas muy claras, pero lo que sí sé muy bien es que amo a Ivania y que ella es una sobreviviente de esa mente enferma que pone a sus personajes en situaciones al límite para luego aniquilarlos de un plumazo.

    Ella es diferente, se ha valido de la simpatía que Mario le profesa para tener voluntad propia y quiere aprovecharlo para jugar a su favor. Ha aprendido a moverse por su cuenta entre los sueños de su creador, y era justo en uno de esos sueños donde estábamos en aquel momento.

    Todo era como si formáramos parte de un gigantesco remolino, con gritos y estruendo a nuestro derredor. Sin embargo, las palabras de Ivania se imponían sobre todo lo demás: Conozco este sueño, es muy recurrente: el dique se romperá pronto y la ola destruirá al pueblo; Mario siempre despierta cuando el agua se lo traga. Así que no hagas caso de lo que escuches, veas o sientas solo quédate con mi voz y estaremos bien.

    Lo que ocurrió a continuación fue demasiado confuso. A veces sentía que la voz de Ivania me soltaba, pero en otras me explotaba dentro del cerebro. Aun así, logré comprender un horrible mensaje: Mario iba a destruirme en el capítulo tercero, porque la idea de que Ivania se enamorara de mí le resultaba insoportable. Me asesinarían y la historia a continuación trataría sobre la implacable venganza de la agente Ivania “S”.

    Pero si ahora estábamos ahí ocultos, aguardando, confabulando, era porque existía un plan, un plan simple, pero imposible… imposible como todas esas aventuras en las que Ivania había participado y sobrevivido.


    ***


    La locura. Si Mario enloquece, tendremos el control. Podríamos existir afuera, ser libres. Pero me pregunto: ¿acaso seré capaz de hacerlo? Miro a mi pintor Alexei agarrado de mi mano, totalmente confundido, pero haciéndose el fuerte, y entonces lo sé: Si yo puedo imaginarlo, no solo es posible: es inevitable.

    Aguardamos algunos segundos más detrás del camión hasta que Mario pasa corriendo casi al lado nuestro. Inmediatamente vamos detrás de él y hago lo mío; las fachadas de ambos lados de la calle desaparecen para dar lugar a altísimas paredes de una blancura deslumbrante. Detrás de nosotros tiembla un murmullo: la gigantesca ola está por aplastarnos.

    —¡Detente, Mario! —le ordeno.

    Entonces Mario choca contra nosotros, está a punto de caer hacia atrás, pero lo detengo, lo sujeto con ambas manos de la camisa y acerco su rostro a mi rostro, y le grito:

    —¡Otra vez mojaste la cama, niño estúpido!

    Siento que Alexei ha cerrado los ojos y se aferra a mi espalda. La enorme masa de agua negra nos engulle, pero entonces la voz de Mario estalla…


    ***


    —¡No, mami!

    El asiento salió proyectado contra la pared y Mario tuvo que agarrarse del borde del escritorio para equilibrarse. Por un momento no entendió que había despertado de una pesadilla, hasta que miró el reloj en la pantalla: eran las dos con trece de la madrugada.

    Todo había sido un mal sueño que había durado exactamente tres minutos. El cigarro en el cenicero aún no se quemaba hasta la colilla, en la pantalla aún estaba el resultado de búsqueda para “marcas famosas de cuchillos” y el celular reproducía la misma desquiciante pieza para cuerdas de Béla Bártok.

    Mario llevó su temblorosa mano a la entrepierna: su pantalón estaba seco. De a poco logró tranquilizarse y pensó que lo mejor era ir de una vez a la cama. Estaba demasiado nervioso, no podía seguir escribiendo así. Después de dormir tendría más claro qué arma elegiría el asesino de su novela para matar a Alexei… Entonces, lo recordó, o mejor dicho, tuvo la centelleante revelación: Alexei e Ivania habían estado en su pesadilla, los había visto hacerse gigantes como si fueran a devorarlo.

    Giró lentamente la cara a su derecha y los encontró ahí, al lado del librero, entre ese humo blanquecino que flotaba en el aire, tomados de la mano, los dos, Ivania y Alexei, sin hacer otra cosa que atravesarlo con sus miradas llenas de furia.

    —No voy a permitir que me mates —exclamó Alexei con una voz demasiado conocida, demasiado horrible, y Mario se llevó las manos a los oídos, pero aún escuchó que Ivania también murmuraba:

    —Anda, no te contengas, ponte a gritar. Grita. Despierta a tu mujer, a tu hijo… diles que nos estás viendo ahora, que vengan, diles que te vamos a arrojar por la ventana.

    Mario empezó a caminar de un lado a otro por todo el estudio, mesándose la barba y los cabellos:

    —Idiotas, son ustedes unos idiotas —empezó a balbucear—. Ustedes no entienden nada, son unos idiotas.

    —Claro que entendemos, Mario —le respondió Ivania—. Es simple: te has vuelto loco. Nos tendrás que dejar existir en tu realidad porque no nos iremos a menos de que tú mueras —y agrego—: Ya no somos tus esclavos.

    Mario escuchaba las voces ahí, estaban ahí, pero… se detuvo frente al par de espectros, y los miró atentamente con sus ojos acuosos; los miró como si acabará de hacer un gran descubrimiento. Luego, sin poder lograrlo, trato de aclarar su disminuida voz para decirles:

    —Se está divirtiendo, no sé por qué lo hace, pero es un genio, un maldito loco. Les voy a decir qué ocurrirá ahora, escuchen con atención a su destino implacable: a ti, Alexei (“yo solo sé que amo a Ivania”), te clavarán tres, ¡no!, seis veces un cuchillo Allezola de 21 centímetros en los pulmones y el corazón; y tú, agente Ivania “S”, la estúpida que se cree mi madre para manipularme, te darás cuenta de que fue tu orden la que originó que matarán a este pintorzuelo, a tu patético amante, porque él es… él es…

    —¡De qué demonios estás hablando, hijo de puta! –gritó uno de los dos, o los dos, o nadie.

    Mario sonrió. Todo era tan claro ahora, todo era tan divertido.

    —¿Creen que el loco soy yo? —su voz era una ola, una ola de carcajadas—. ¿Creen que quien está escribiendo esto soy yo? ¡Idiotas!


     
    #1
    Última modificación: 21 de Agosto de 2020
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  2. Alizée

    Alizée ⊙ Humαlıen ⊙ ༻✦༺ ♡ Måᥒᥱskιᥒ ♡ ∞ ֎

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    Y pensar que podemos hacer con ellos cuanto queramos y siempre -cuando no es uno mismo el protagonista se puede ser poco benevolente- Sentí su locura y escuché su risa. Atrapa su trampa. Que buena esta tu trama... los sueños, todo gira en torno a ellos, eso me significa. Agente Ivania (heroína que siente que es intocable) y Alexei -tienen nombres rusos- ¿por qué será? Te digo que me ha encantado y da para mucho más en serio que si. Muchas Gracias Autor Poeta y Querido AmigoP @Martín Vera por echar a volar tu imaginación de esta manera y compartir tu Arte. Por favor por favor recibe mi saludo afectuoso, mi Admiración y mis mejores deseos sinfín
     
    #2
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  3. Pedro Olvera

    Pedro Olvera #ElPincheLirismo

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    Hace más de veinte años le pedí permiso a mi amiga Ivania Carey para usar su hermoso nombre en un relato que nunca escribí... hasta hoy. Alexei era un buen cliché, y a Mario le disparé en otro texto, así que quise reivindicarlo aquí. Pinche cuentito, me dejó mareado y muy divertido.

    Gracias, estimada amiga Grace, por tu lectura puntual y el generoso comentario que haces a esta narración. Saludos cordiales, como siempre, y buena noche para ti.
     
    #3
    Última modificación: 21 de Agosto de 2020
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