El Beneficio

EL BENEFICIO​

De acuerdo a la RAE, acepción 7. aplicada a la empresa :

“Ganancia económica que se obtiene de un negocio, inversión u otra actividad mercantil”

Si existe un motor para el modelo económico existente, ese es el concepto de beneficio.

Todas las empresas tienen como fin último generarlo y de no ser así pierden su razón de ser.

Entrando en territorios más metafísicos y controvertidos, ¿De dónde nace el concepto beneficio en la psique humana? ¿De la avaricia quizá? ¿De la búsqueda de poder? ¿Un mero acto reflejo darwiniano de nuestra naturaleza animal buscando destacar por encima del grupo? La cuestión queda en el aire, pero de algún modo parece inextricable a la naturaleza humana, aunque bien pudiera ser fruto de una cultura o cosmovisión imperante.

Lo que está claro es que una actividad económica que sostenidamente genere beneficios conducirá a una acumulación de riqueza.

El hecho de que exista el beneficio implica necesariamente un desequilibrio en las transacciones humanas. Y esto se debe a que no todos los bienes y servicios son igualmente valiosos, hay una jerarquización de su valor. Es lo que se conoce hoy en día con los términos “valor añadido” o “cadena de valor”. Por poner un ejemplo clásico y sencillo, no tiene el mismo valor el algodón en bruto que una camisa manufacturada hecha del mismo.

A lo largo de la cadena de valor el algodón ha sido transformado por la actividad y el conocimiento humano en una prenda de vestir que cumple diversas funciones, desde el abrigo hasta la realización estética del usuario y el refuerzo de su autoestima.

El algodón per sé, aunque imprescindible para el proceso, apenas tiene valor real. Su valor radica en la potencialidad que posee para transformarse en un ítem de utilidad aplicable a nuestra vida diaria.

La clave pues para generar beneficio es la transformación de un ítem en algo más valioso/útil para el ser humano.

La transformación requiere conocimiento, medios de producción, tiempo y esfuerzo. Por tanto es este proceso (o debería ser) el que genera el valor añadido del que nace el beneficio.

La proporción de los citados cuatro componentes es de lo más variable, pero resulta bastante evidente que cuanto más rudimentario (o quizá artístico/artesanal) sea el proceso de transformación más cantidad de tiempo y esfuerzo requerirá.

Así pues en la industria moderna se ha primado el conocimiento y los medios de producción para reducir las cantidades de tiempo y esfuerzo a invertir en la transformación.

Dicho esto, podemos concluir que el beneficio es la recompensa obtenida por transformar un input en un output más valioso.

Sobre el concepto de valor no entraré a hablar en esta disertación, pero si algún lector le interesa el tema amablemente le invito a la lectura de “El mito de la riqueza”

De este modo, cuando hablamos de conceptos tan aparentemente elevados como “Sociedad del Conocimiento” probablemente no se trate más que maquillaje para disimular un ansia de generar beneficios mayores para la empresa lejos de la aproximación filosófica idealizada del saber por el saber.

Por tanto es la capacidad transformadora la que otorga al individuo y las Sociedades el derecho al beneficio con la jerarquización que ello implica.

Inevitablemente esta manera de concebir la actividad económica aboca inevitablemente a sociedades estratificadas e intercambios desequilibrados en las que se cimientan relaciones de poder y sometimiento.

Olvidar (u obviar premeditadamente) que todas las partes que forman parte del proceso son necesarias e importantes, despreciando los eslabones más primarios en pos de los sectores más vanguardistas.

Una auténtica falacia clasista que periódicamente nos explota en la cara cada vez que hay una crisis agrícola o del transporte, por poner ejemplos.

Por qué no adoptar un enfoque más sano de la Economía basado en cubrir las necesidades humanas, la equidad en los intercambios y asumir que todas las partes de los procesos productivos son igualmente importantes.

En definitiva evitar caer en la soberbia y las consecuencias derivadas de la búsqueda y justificación del beneficio.

Probablemente una utopía que se estrellará una y otra vez contra la naturaleza humana.