El Beso

Camino en la noche fría. Tan solo cargo el dinero que no importa.

Fumo vagamente mientras recuerdo lo mal que se siente el beso.

Minutos atrás recibí una patada en el lóbulo frontal y aún no me recupero de ello.

Que importa ser educado, respetuoso y especial; si lo único que cuenta son algunos grados de alcohol en el torrente sanguíneo.

Instinto animal dirían unos. El animal tiene principios.

La noche me resguarda y los sonoros gritos de mi alma se pierden con el sonido del silencio.

Que queda ahora… ¿esperar? La espera no deja nada.

A que puedo llamar confianza si ni siquiera me puedo parar al baño.

Que ridículo pensar que valgo algo dentro de ese ser.

Las cosas minúsculas son esenciales. Algunos dirían que no importa. Pero en mí si importa.

Y no es solo el hecho de sentirme como un imbécil. Es el reflujo de toda la amargura que cargo dentro.

Eso me lo recordó todo.

Solo esperaba que el THC calmara toda la desazón. Pero sin duda esa idea me taladró el cerebro hasta el día de hoy.