El botijo.

No sé si ustedes
conocen el botijo;
para los que no lo sepan
yo se lo explico.

El botijo es cual vasija,
es de barro y barrigudo,
con un asa y dos pitones,
uno gordo y otro enjuto.
Para calmarnos la sed
es un recipiente único,
refresca el agua que alberga,
se comparte el usufructo.
Cuando aprietan las calores
tenerlo a mano es un lujo.
Para beber no hay problema
cuando le coges el truco:
levantar, empinar codo
y apuntar pitón enjuto
al redondel de la boca
abierta para este asunto.
Si se mojan la pechera
es que no entrenaron mucho.
Anímense este verano,
ahorren y compren uno;
para calmarnos la sed,
para aliviar el reflujo,
como el botijo de barro
no busquen que no hay ninguno.

 

Buena descripción nos dejas amigo Alonso sobre ese botijo
que como dices el agua sabe genial y la mantiene bien
fresquita. Me ha gustado mucho el enfoque de tus letras
en este buen poema. Ha sido un placer poder pasar por
tu espacio. ¡A tu salud te dejo uno cargado de agua bien fresquita!
Besos y un abrazo. Tere

Estos blancos la ponen bien fría jajjja.

 

Muy buena descripcion, amigo, dan ganas de conseguir uno, ademas de ser una bella pieza de artesania, parece ser muy útil. Saludos!!

 

Es un disfrute beber en un botijo, el agua se mantiene fresquita, y es una manera de empinar el codo sin obtener malas consecuencias, no da resaca, jajaja. Buenas letras amigo Alonso, un placer leerte.
Un abrazo.

 

Pues si que es útil ese botijo
para calmar la sed. No lo conozco
pero suena interesante. El agua es mas
buena en vasija de barro y mas fresca.
Un placer leerte. Saludos y Bendiciónes.

 

En mi pueblo hubo uno que se murió bebiendo de un botijo porque no sabía parar el chorro jajajaja... Es un chiste malo pero que a mí me hace una gracia enorme. Un placer haber paseado por tan simpático y alegre poema. Se le saluda afectuosamente.

 

Me uno en homenaje al humilde botijo.

XCX

 

Alonso, es un poema espléndido, muy bella descripción del botijo, que esta vez está lleno con buena poesía y me la tomo siguiendo tus instrucciones. Muchos abrazos, amigo y felicitaciones sinceras.

 

Muy bueno, me encantan los botijos, tengo uno en la puerta de casa siempre fresquito. Has hecho unos versos muy simpáticos para aquellos quizás de generaciones muy recientes y urbanas que no conozcan su utilidad. Un placer leerte, todos mis cariños.

 

¡Ole! Muchas gracias por el botijo, Tere. Yo quería agregar una imagen, y esa es precisamente la que refleja fielmente el botijo tradicional... pero con las prisas (y que no lo he hecho nunca) se me olvidó.
Un gran abrazo... y el botijo que no falte.

 

Jeje como siempre aquí disfrutando de otra de tus grandes inspiraciones porque a todo le sacas poesía y de la buena, estas letras las encontré muy joviales y me han hecho la mañana, gracias por esas sonrisas y como no puedo buscar un botijo porque ya no quedan me mandarás el tuyo para esas montañas... Jeje tú me entiendes! Abrazos y besos poeta.

 

Hola Jota Be. Muy agradecido por la visita, y si estuvieras cerca te regalaba uno, je je.
Un saludo compañero con agradecimiento.

 

Hola Ricardo... sólo hay una cosa que me gusta más que el botijo, y es la bota de vino, ja ja ja... era broma.
Un abrazo con agradecimiento para mi amigo Linares.

 

MUY BELLO Y SIMPATICO, Alonso estas bueno para merolico porque convences con tu manera de promocionar, saludos y estrellas.

 

No me negarás Alonso Vicent que hay cierta sensualidad en estos versos que describen tan maravillosamente bien la anatomía del botijo, al que rescatas de un pasado no muy lejano, no siempre hubo neveras, y que sobrevive en el presente porque guarda el agua a la temperatura ideal, es como para tenerle verdadero aprecio porque "se comparte el usufructo".
En fín que me ha gustado mucho. Un Abrazote Poeta

 

Hermoso homenaje a nuestro botijo tan práctico y sencillo a la vez. Un placer pasar. Abrazos.

 

De barro es el botijo y fresco su contenido, je je.
Muchas gracias Lourdes por pasar por estos versos... e invitada estás a probar la frescura de sus aguas.
Un saludo de domingo.

 

Ja, ja, ja... seguro que no era un hombre de campo.
Muchas gracias por venir amigo Évano y un saludo fresco como el agua de un botijo, je je.

 

Pues adelante... y vamos a echar unos tragos...
Un fresco saludo compañeros.

 

Muchas gracias, Prisionero, por aceptar la invitación a echar unos tragos... que cuando la sed aprieta no hay nada mejor que su contenido... bueno, una cerveza tampoco va mal, je je je.
Un abrazo y feliz domingo amigo.

 

Hola Almudena. Muchas gracias por la visita y el comentario. Yo también tengo un par en casa, pero están de adorno. Al campo sí que solía llevarme uno, pero se rompió y los compañeros lo cambiaron por una garrafa de agua de cinco litros... y la verdad que no es lo mismo, je je je.
Un saludo con cariño compañera.

 

Hola Nancy, allá te mando el botijo, fresquito, fresquito, directamente de las montañas, je je.
Muchas gracias por estar y un beso de domingo.

 

Je, je, je... fui vendedor. Mil gracias y un abrazo Sol.

 

Pues pensándolo bien puede que tengas razón; porque para beber se le pone una mano en el cuello y otra en el culo... ¡ahora sí que me he pasado!, je je je... es culpa del almuerzo. ay, ay. que me dio el ataque.
Besos y muchisimas gracias Valentina, ahora ya en serio, un placer que te gustara el poema, con sentido del humor.

 

Cuando hay sed, amigo Alonso bien es verdad que no hay como el botijo son su agua fresca.
Un placer haberte leido

 

Gracias por el consejo compraré mi botijo y aprendere a beber aprendiendome el truco. Bello poema a útil instrumento poeta. Gracias por compartir y el consejo. lo tendrré en cuenta aunque aquí en México no creo que lo vendan. Grato leerte. Dios te bendiga. estrellitas para ti

 

Muchas gracias, Lore, por venir a pegar un trago a este fresco botijo.
Un abrazo.

 

A quí tengo unos cuantos repartidos por la casa... muchas gracias por venir, Epimeteo, y un abrazo.

 

Me ha encantado encontrar estas letras a nuestro querido botijo. Me has traído muchos recuerdos, siempre en casa de los abuelos estaba el botijo sobre la mesa de la cocina todo el año, con los capuchones de ganchillo que le hizo mi abuela, para que no se posaran ahí las moscas. Algo tan familiar, que el hecho de que lo describas poéticamente para los que no lo conocen es generoso, aunque se quedan con las ganas de poder beber de esa agua ja. Gracias por recuperar esa parte de nuestra historia. Bon dia.

 

Pues si pudiera te regalaba uno. Tengo varios en el patio... de adorno ya, pero en el campo seguimos utilizándolos, que se agradece un trago de agua fresca entre tareas.
Muchas gracias Aires... y un abrazo.