el cajón de la vida.

un joven escritor no para de mirar su cajón de la mesita de noche. El joven se queda asustado al saber que aparecen y desaparecen cosas mágicamente de este cajón. Un día deposita su reloj, y al otro día desaparece; otro día aparece mágicamente un cuaderno con unas notas que el escribió, pero que no quizo volver a leer. Desesperado al no poderle dar una explicación a este fenómeno de que aparecen y desaparecen las cosas mágicamente del cajón, se tira hacia su cama ubicada al lado de la mesita de noche, y se arropa. El joven se queda pensando en la incertidumbre del mañana bajos las sabanas, y pasa demasiado tiempo, cuando por fin decide ver su cajón con el cuaderno con las notas que no había querido leer, se da cuenta de que ya no están, ni el cuaderno,ni el cajón, ni la mesita, después abre las cortinas y las ventanas y ya no esta nadie afuera, sus vecinos dejaron de existir, y en el ultimo aliento se da cuenta de que su vida es un cajón en el que aparecen y desaparecen las cosas.

 

La verdad es que me cuesta entender a los que llegan a la madurez sin advertir la presencia de los duendes. Yo la he advertido hace tiempo, y sé que se ensañan más conmigo a medida que pasan los años. Me esconden el lápiz, la pipa, mi cuaderno de notas, el reloj...: no sé para qué los usarán. Pero no han llegado, aún, al extremo de llevarse a mis vecinos: es un caso grave el de tu personaje, ¡unos duendazos!

Te señalo en la cita una multitud de errores ortográficos.

abrazo
j.

 

Gracias, los corregire

 

La vida es una vorágine de efectos que nos lleva a caminos sin fin. Excelente trabajo. Saludos.