El Camino de los Necios

Te prometí la vida junto al río, te jure por
las noches que solo tu existías
y que solo
la muerte podría arrancarte de mi corazón.

Que peligrosa herramienta es la palabra en
boca de los hombres.

Recuerdo como me miraban tus ojos cuando
te decía que te quería y como te
quedabas esperando, haber
que más te decía.

En tus labios solo mi beso, en tu mente solo
mi nombre, yo la luz de la tuya.

Y yo que puedo decir de mí, si mientras cerraba
los ojos mantenía uno abierto, para no
perderme nada, para disfrutar de todo.

Caminado por la orilla la noche, por el borde en
el sendero de los necios.

¿ Que quería probar?

¿Qué quería demostrar y a quien?

A ti, no

Y hasta hoy no se a quien.

Recuerdo como me miraban tus ojos cuando
te decía que te quería y como te
quedabas esperando, haber
que más te decía.

Yo me despedía de ti y te quedabas en la puerta
hasta que me perdía por la calle, por
la noche.

Yo te miraba de lejos y de allá te arrojaba un beso.
Tú lo sentías, por que al día siguiente me
lo devolvías.

Antes de verte, me sacaba los besos de otras y sus
aromas trasnochados, olvidaba las palabras
ebrias , me peinaba la barba y el pelo
e iba a tus brazos, como si nada.

Si supieras amada, suspiraba, mientras ascendía por
la calle hasta tu casa.

Y te veía y se me llenaba la boca de palabras, de esas
que te gustaban y como si fuera un actor en
escena te las recitaba.

Tú, me mirabas con los ojos brillando como estrellas
enamoradas y me entregabas los besos
que me guardabas.

Si supieras amada que nadas en un mar de verbos y
que tu amado recorre cada noche el camino de
los necios.

Me preguntaba… y una voz chiquitita me decía desde
Adentro y me atacaba , yo la callaba o la
Ignoraba.

Me gustan tus besos cuerdos, limpios y rosados, pensaba
y la voz se aplacaba.

¿Que tienen las luces y esas bocas distorsionadas que no
dicen nada?, solo besan , solo besan
ebrias y saladas.

Y a esa hora me gustan, a esa hora me llenan, pero
después no queda nada eso lo sé.

Quedabas tu engalanada y vestida para mí, con tus
besos rosados y tus manos en la ventana
aguardando mi llegada.

Que vil traidor, que desconsiderado ser, lavado por
fuera y sucio por dentro.

Besando tu boca y la mía de otras, de rojas y alcohólicas
Bocas.

Tu me mirabas y tus ojos brillaban como estrellas enamoradas.

Hoy la ventana vacía , de tus ojos solo las cuencas ennegrecidas
de mis mentiras.

De tu amor solo cenizas, de tus besos rosados solo el hielo
del olvido.

De mis palabras, de esas me quedan muchas
pero tu ya no quieres oír.

Y las suelto en la noche, en medio del humo. Y se me
atragantan en la garganta entre el alcohol y las
lagrimas.

Cuando hablo solo por la calle y me sorprendo camino a tu
casa.

Donde vivían los besos rosados, esos que hoy no son para
mí si no de otro.

Que peligrosa herramienta son las palabras en boca de los hombres.
pero no para ti, si no, para nosotros mismos.

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