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El camino del inmigrante africano.

Tema en 'Poemas Melancólicos (Tristes)' comenzado por Félix, 9 de Octubre de 2006. Respuestas: 0 | Visitas: 934

  1. Félix

    Félix Poeta recién llegado

    Se incorporó:
    23 de Marzo de 2006
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    Unos zapatos hambrientos
    y una harapienta camisa,
    sin alforjas ni mantos son
    los ahorros de su vida.
    El llanto bajo la luna
    no vence a su despedida.
    Andando va el inmigrante,
    va camino de la sirga.
    Son tres mil kilómetros,
    lleva setenta heridas.
    Un largo paso que acorta
    al siguiente, une la brida.
    Mortecino el sol, y el polvo,
    anclan sus tenues rodillas.

    El ocaso vence a la arena.
    Sobre piedras que acuchillan,
    la mano, bajo la cara,
    despierta sueño y fantasía:
    un pequeño pozo de agua
    del que bebe una casita,
    que auyenta viejas lágrimas
    y cobija las sonrisas.
    Una muñeca de trapo
    con dos trenzas color lila,
    es el rocío mañanero
    que renace en dos mejillas.
    La arena vence al ocaso.

    Y a lo lejos, la lejanía,
    con paso a paso a pasito
    el inmigrante camina.
    Y en la cabeza una calva,
    y las horas fueron diez días.

    La verja, sombra del desierto,
    rodea la calle en Melilla.
    Detrás de un árbol sin ramas
    un corazón que palpita.
    En la ciudad, una palmera
    siente miradas furtivas.

    A la carrera salta al vil
    alambre, y en las espinas,
    deja el desolle de su alma.
    La sangre gotea en la sirga,
    enmarañando los sueños
    que en su pecho desnudo anidan.
    Mas el corazón levanta
    el cruel desolle y la caída.
    Corre delante del guardia.
    La pelota de goma silba.


    Hoy pasea por una playa,
    bajo la luna respira
    quien tiene en su ajada mano
    el horizonte que brilla.


    ***

    Un ¡alto!, rotundo, suena.
    Un papel blanco, sin tinta,
    sin sello, ni garabato.

    (Aeropuerto de Namibia).

    Unos zapatos hambrientos…
     
    #1

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