El camino

A la vera del río caminaba.
Al norte me dirigía.
Apareció una dama,
negra como la noche enviudada.
Que era la muerte me decía.
Pero si te hablo, vivo.
Yo le dije:
¡ Quítate de en medio!.
¡ Quítate de en medio!,
porque acabando este río,
está el final de mi camino,
y si de él me apartas,
romperé tus blancos huesos,
y serás tú ,
la que te irás contigo misma.
Y la muerte se esfumó,
y nunca más supe de ella.