El campo y su belleza.

El horizonte se ve tan bello desde la sombra,
de un viejo roble de avellana con sus frutos...
Mis pies desnudos, de colores cárdeno por moras
¡Oh campo! ¿Cómo no enamorarme de tu yugo?

Caminando entre frescor del trigal y la salvia...
cual si fuera un bohemio, yendo por los senderos,
¡Oh sublime y tenaz sol! De ti, mi pobre alma
¡Oh lujuriosa Luna! De ti, mi amoral amor...

Acaricio mi pelo, jugando dentro del prado...
¡Tan extenso, brillante! ¡Que mi mirada se cansa!
Seres cordiales siguen el pasar de mi pasado
Mi alma se eleva, entre nubes, misma nada.

 

Fluida y sensible inspiración amigo...
Grato leerte...te abrazo con todo mi cariño...
Nancy