El carruaje

Porque he caído
a morirme de sombra
como caballos en fuga, de rodillas en pleno invierno
y mi respiración ha empezado a moldear unos cráteres en la nieve.
Y alguna mujer que nunca tuvo un hijo
ha venido sin preguntar
seguida por curiosos y otras cosas que cargaban gente
de las que no recuerdo sus nombres.
Después el carruaje,
yo adentro cubierto por sábanas
y los caballos subiendo la colina con memorias de niño,
la calvicie con la que se asoma la inocencia de entre la sangre.
Destapad los ojos de la yegua, gritaba
dejad que el horizonte de la muerte cumpla su funcionalidad imprevisible.
A ratos el silencio hizo un cristal que atravesó la cúpula
y volvió con trofeos
mientras los curiosos se felicitaban entre sí
y empezaban a escoger entre las cabezas de tigre, inventaban la placenta de la idea compartida.
[FONT=Arial]Porque sólo los tigres mueren así, fue la conclusión de todos, [/FONT]
[FONT=Arial][SIZE=2]llevados por un iceberg[/SIZE][/FONT]
[COLOR=#000000][FONT=Arial][SIZE=2]hacia latitudes inesperadas[/SIZE][/FONT][/COLOR][FONT=Arial]
[COLOR=#000000][FONT=Arial][SIZE=2]y que esa era la misma razón[/SIZE][/FONT][/COLOR][FONT=Arial]
[COLOR=#000000][FONT=Arial][SIZE=2]por la cual uno puede ser en la nieve, o los caballos en la nieve, da igual.[/SIZE][/FONT][/COLOR][FONT=Arial][/font][/font][/font]

 

Cuando se llega a esas latitudes extremas cercanas a la muerte se puede percibir con mayor nitidez el grito de la luz. Un poema interesante y muy bien desarrollado, Marius. Mis felicitaciones una vez más. Un fuerte abrazo.

 

Un poema profundo como siempre nos compartes Marius, tus buenas metáforas se disfrutan dentro de la melancolía que conlleva tus letras. Un placer estar en tu espacio amigo.
Un fuerte abrazo y feliz año nuevo.

 

Tus poemas, compañero,están cerca
y de vez en cuando se me antoja
echarles un vistazo.
Hay poetas que apenas comento
y sin embargo tomamos café juntos.

¡ Por cierto ! buen día para un poema así...
El 31 de diciembre es una fecha
que aún no olvido.Saludos prisionero