El castigo de no verte

Sostengo mi desdicha
en las calderas
de mis silencios bipolares,
arrullando con mi lágrima de arcilla,
la sierpe invasora de la noche.

En la perplejidad del instante mismo,
sin perturbar la esencia de la idea,
me siento cisne solidario del alma,
respirando la acústica del sentimiento
bajo la sombra incondicional
de tu recuerdo.

Con mis ojos ausentes,
añorando viejos resplandores,
triza el corazón en sus latidos
vivencias de otros tiempos,
aún habitando
los extramuros de mi memoria

La lágrima del verbo
arde en la locura de mis sentidos;
el ansia de la noche insaciable
en gigantesca adversidad del tiempo,
se derrama en el verdor
de mis ojos fundidos,
ahogando la sombra del asombro
en la soledad de mi silencio....

En esta humanizada
senda de mi quebranto,
amurallo tu ciudad con lealtad y recelo,
sintiendo el fulgor de tu madrugada
en un lento acuatizaje de anhelos y sueños.

La noche...
En taciturno pozo iluminado,
erguida ante los girasoles
de mis sueños florecientes,
encalla desafiando
el poder de los conjuros,
entre la luz infame de tu olvido
y el castigo inclemente de no verte.

Tato Ospina
DRA ´
Colombia
​

 

Un poema en cuyo latido se navega en mares de la ausencia...siempre semi eternos.
Grato leerte
Saludos