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El Claustro

Tema en 'Prosa: Generales' comenzado por Edouard, 25 de Noviembre de 2017. Respuestas: 1 | Visitas: 374

  1. Edouard

    Edouard Poeta adicto al portal

    Se incorporó:
    15 de Marzo de 2016
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    Género:
    Hombre
    En la oquedad desértica de un claustro macilento, un cura de aldea re verdeaba los recuerdos ignominiosos. Cuando, siendo un simple monaguillo de piel fina y alfombrada se ayuntaba carnalmente con el demonio de cornamenta sanguinolenta. Dejaba pasar su imaginación pulcra rendir cuentas con el Malo. Ante los sentenciosos espejos de su desdichada conciencia luminosa. Una noche se abandonó al vicio del aguardiente. Tres vasos fueron suficientes para inflamar su pordiosero espíritu. Comenzó a caminar nervioso y alocado. En busca de la brevedad de un tiempo ténebre como la fosa negra de una expirada galaxia; en trance de difuminarse en partículas tenues de materia indivisible. Sonó, al compás de las sombras del claustro, una risa odiosa. Y, el hombre, ya borracho perdido, entrevió en fina gasa de seda blanca la inmaculada figura pálida de una mujer esquelética. Ella le llamó por su nombre. Mientras que él caía fulminado por la brevedad cruel de un parpadeo azulado que desgajó su vida por completo.
     
    #1
    A homo-adictus le gusta esto.
  2. Edouard

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    homo-adictus, nuestro contumaz hereje, vuelto en un servicial hipócrita cura al servicio del Señor, había follado con el mismo demonio. Cuando aún era un impúber niño dedicado a las tareas eclesiásticas. Su recuerdo le daba morbo; pero, al mismo tiempo se sentía en una plétora de temor furibundo ante la posible ira de Dios. Decidió emborracharse. Para salir de tal laberíntico resquemor que enviciaba su ya podre cerebro enmohecido. Pero, en esa misma noche se las tuvo que ver con la esbelta pero a la vez temible imagen de una mujer en estado de vejez lamentable. Que no era más que la antesala de una aciaga y profunda sombra insondable de su muerte. A manos de la espectral figuración iracunda de quien había sido su amante infernal. Atentamente Edouard.
     
    #2

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