El Cobil Clivoso

Hoy sumido,
En el adarce
del horizonte, de tu alma;
Donde confesas llegan
Las estrellas, al altar
De tu belleza,
Para perdurar una eternidad.

Caigo rendido
En el amagamiento de mis sueños
Donde fluyen en acinesia,
El graznido de las aves;
Como, cual canto celestial
De la aurora,
Que en sus líricas notas
Imploran a la inercia
Del viento,
El ungir de la bondad
De tu alma.

Tu alma;
Que es el clamor,
Incesante de los Ángeles;
El secreto divino,
De los Dioses;
La devoción,
De mis palabras;
El resurgir del tiempo
Ante , el alarde de lo perpetuo;
El ultimo aliento,
De mis versos.

Al despertar de este sueño;
Imploro al silo,
Del sepulcro de mi
Firmamento;
Que beba de tu cáliz
El reflejo de tu alma.
De un alma llamada franca.

 

no entiendo el comunicado que usted me envia, y tampoco encuentro la causal en el sistema de infracciones. no comprendo un abrazo
claudio diaz