El combustible fósil, y su poderío.

Hoy hace un calor, en mi tierra,
semejante al Sol de Justicia,
que no tiene desperdicio,
como el cerdo. Del cuál,


me gustan hasta los andares.


Nos vamos cociendo a fuego lento,
entre Dolce vita y Porca miseria.
Vuelta y vuelta, de las pechugas de pollo,
en la sartén, con aceite de oliva virgen,


y orégano.


Ser plato de buen gusto, es un alivio.
Y que me sirvan en bandeja,
como la cabeza de Juan Bautista,
ofrecida por Salomé. Bailarina preciosa,


con ojos de amatista.


No me quejo, porque en Australia,
han crecido mucho, los conejos.
Y sus sapos gigantes son venenosos.
Si los muerde un perro, ya sabe lo que le espera.


Una hora de agonía, y al foso.





Por lo visto, la picadura de Vespa Mandarinia,
puede ser mortal, en tan sólo un cuarto de hora.
¡ Cuán extenso llega a ser un Momento !
Si la cocinas, y te la comes, sabe a gamba.


Plagas que se extienden, en un nuevo Apocalipsis.


El coloso en llamas, ¡ Gran película de un rascacielos !
Paul Newman y Steve McQueen,
junto a Fred Astaire, que sabe bailar claqué,
y es buen bombero.


Al parecer, esta ola de calor recorre África.


Turquía, Italia y Grecia.
Arabia Saudita, España y Catalonia.
País Vasco, Reino Unido, y todos seremos negros.
Me voy de vacaciones, conduciendo un automóvil.


Contaminaré la atmósfera, alegremente...


¡ Viva el tráfico rodado !
¡ Vivan los jeques árabes, dueños del petróleo !
¡ Vivan los 55 grados centígrados, a la sombra !
Viva el horno mundial, que nos está asando.