El cortejo del pavo real.

Él la vio de lejos
y revisó sus plumas
movió su plumífera nalguita
y organizó sus garrudas patitas.

Se acercó a ella cantando
con sus plumitas meneando,
bailando sin una orquesta,
danzando como en tremenda fiesta.

Ella lo veía
aparentemente indiferente,
pero con su corazón latente
analizando cada paso que el daba.

El bailaba y bailaba
llamando su atención
moviendo sus plumitas
como en exposición.

Con sus plumas como abanico
y sus patitas en puntitas
buscando el sol
para que brillaran sus plumitas.

Acercándose a su hembra
para cortejarle
mientras ella le miraba
discretamente para analizarle.

 

Qué bonito. Se ve la rabia acumulada. Esa rabia del milenio.
Y es que somos tan pequeños, en el fondo...
Merecemos el diminutivo.

 

Interesante poema ! Me gustó mucho !

Saludos cordiales !

 

Así es yo uso mucho diminutivo con el ánimo de enternecer, un abrazo.

 

Muchas gracias CriMa, me alegra un montón! Saludos.

 

Bonito poema, lleno de ternura.Un placer leerte
Un abrazo afectuoso saludos poeta.

 

Bello cortejo describes con tus versos.

Te envío un pavo real pavoneándose:



Saludos desde Madrid.

 

Muchas gracias que gusto me da tu visita. Un afectuoso saludo para ti también jalvarez.

 

Mil gracias Antonio por tu visita. Un abrazo.