El cristal de todo el mundo

El cristal de todo el mundo

Cambios del viento en un resorte claro,
retenido, y se escucha desde el sur
la queja por tener su gran albur
que pasa con su cielo azul descaro.

El cristal de todo el mundo
son espejos repujados,
si al mirar en lo profundo
veo animales enjoyados.

Me vi estar sentado,
y me miraba;
y el humo en la mano
estaba sin embargo
ahumando lo pensado
en la silla perfumada.

Pesa el humo sobre la mano
que el tiempo amarillea;
tiempo y humo puse en la balanza
y estaba el fiel tan igualado,
que fue materia sobre el humo,
y el tiempo..., se fue volando.

Dos necesita la claridad
y uno puede ser el suficiente,
sin con dos se puede visionar,
lo razono en uno con la mente.

Por un ver que ve particular,
en el ver el doble de corriente,
estará la electa voluntad
a merced y ajena a lo que siente.

¿Quién soy yo, que ya me asusto?
¿Quién, el que dice ver y nada ve?
No sabré la certeza de este insulto,
ni podré más allá, si no me ajusto,
mirar en vez de sol solo a través,
de quien mira en mirar todo al revés
y se ve en el cristal de todo el mundo.