El cuchillero enamorado

El nombre se decía
que era Juan
y del apellido
ni me acuerdo
de ese cuchillero
que marchaba enamorado
tras el sueño persistente
del cariño de una flor.

Andaba buscando recuerdos
por San Telmo
y a veces también
por Palermo.
Caminaba por la Boca
y lo vio la Vuelta de Rocha
la calle Corrientes
y la vieja avenida de Mayo
a ese hombre del sur
vestido de negro
con un entripado
que le oprimía el pecho.

La flor estaba muerta
y por eso iba
tras su zaga olorosa
en dulce desvarío
para que la muerte
de una vez lo atrapé
y se lo lleve
junto al recuerdo
de la fragancia
de su amada.

Iba por el mundo
con los ojos misteriosos
de un búho
y traia la soledad
de un espantajo del invierno
ese peregrino dolorido
que andaba buscando
en la noche de la vieja
Buenos Aires
el campo santo de los duendes
donde moran
las mujeres que amaron
a los hombres
que empuñan el facón
o el crucero de la daga.

Imagino en su memoria
al raro y extraño tango
y a la hermana milonga
tan amiga de los malevos
del porteño Borges
y de la guitarra.

(primera parte)