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El cuento

Tema en 'Poemas Generales' comenzado por nandez, 4 de Septiembre de 2008. Respuestas: 0 | Visitas: 491

  1. nandez

    nandez Poeta recién llegado

    Se incorporó:
    27 de Agosto de 2008
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    Camino por la noche como buscando una salida,
    alejándome de este mundo que siento me detiene
    de seguir con mis sueños, de seguir con mi vida,
    y quisiera marcharme lejos donde vuele mi mente
    donde se hacen realidad los sueños y las fantasías
    donde todos son felices, donde al fin exista gente;
    y me siento en un banco, que parecía solitario
    y al instante una hermosa mujer se me acerca,
    hola me dice, que haces tan solo en noche tal
    y como admirando a su belleza no respondo y sonrío,
    me dice su nombre y se sienta, más no me dice su edad
    me pregunta que quiero, que busco, que ansío;
    y le respondo, que quisiera una historia que fuera verdad.
    Ella suspiró, y agachó la mirada, supuse vergüenza,
    pero mas bien... fue su manera de recordar.
    Y ella empieza el relato, y yo empiezo a escuchar,
    y no hay historia sincera, que la que he de contar.

    Vendía amor en la plazoleta de la pequeña ciudad,
    vendía compañía entre las calles y avenidas
    vendía una mentira, y a veces vendía una verdad,
    a veces vendía esperanza pero jamás vendió realidad.
    Una vez vendió besos al precio de las caricias,
    otra vez vendió caricias al precio de las miradas,
    pero nunca vendió sonrisas al precio de carcajadas,
    y jamás en la madrugada dejó de regalarlas.
    Iba a vender sus manos y sus suaves roces,
    quiso vender sus labios, pero se arrepintió antes
    no era por vergüenza sino por los lores
    que buscan carne tibia envuelta entre blancas flores.

    Más de una vez vendió su eterno orgullo,
    y en una ganga alguna vez le incluyó la religión
    es que no buscan una monja que les imponga un yugo
    sino un yugo que imponerle a su fiel corazón.

    Le gustaba vender las noches enteras,
    despertar entre sus brazos en las mañanas,
    hacia a su vida un poquito más verdadera,
    un poco más dulce y quizá un poco más tierna;
    pero esas noches le hacían suspirar,
    y los recuerdos jamás le ha gustado recordarlos
    talvez porque vivió en el mismo infierno
    en más de una noche de su oscuro pasado,
    y no hay mirar atrás sin una lágrima cayendo
    o un sabor en su boca que entristece sus labios.

    Cuéntame un cuento mami, hazme dormir;
    calla muchacha tonta, que no tengo ganas para ti.
    Entre palabras tales cerraba su madre la cortina,
    aquella que separaba el cuarto de la niña con el de la concubina,
    y con una lágrima se hundía en su almohada
    intentando no escuchar, intentando no entender
    intentando soñar con duendes y con hadas
    que le traigan una persona que la quiera y a quien querer.

    La niña se fue haciendo mujer en un ambiente sucio
    y a fuerza de la madre la hija siguió su camino
    hasta que un día, lo que era poco se fue haciendo mucho,
    y no aguantó el asco de aquellos duros castigos;
    así que decidió partir, sin rumbo por una vida
    que no estaba hecha, y no tenia cabida;
    se juró mil veces no caer en aquel pecado,
    que prefería morir antes de sentirse sucia otra vez,
    pero el hambre y el miedo, no se vencen rezando
    y cae la niña otra vez, con quince años... seguro tiene fe.

    Y las desgracias no cesaron de acorralarla,
    cada vez que estaba casi afuera le llegaba como un rayo
    una deuda que no existía, o una droga que necesitaba
    y así terminó en aquella plazoleta, sentada en un banco,
    derramando lágrimas de arrepentimiento mientras contaba
    la triste historia de una mujer que se llamó así misma una viuda,
    viuda de su corazón... que murió en mil camas de sábanas blancas,
    y viuda de una vida... que cualquier niña rica sin sentir criticara.

    Ella se marchó por la calle entre un árbol y una sombra,
    y debajo de un poste de luz pude admirar su belleza, su feminidad,
    viró como suspirando, y alguien su nombre nombra,
    una lágrima cae sin parpadear y sonríe... escondiendo su triste intimidad

    Me levanto y camino, y agradezco por lo que tengo.

    Yo que venía queriendo escapar sin entender siquiera
    que hay gente que sufre mil veces más, de peor manera.

    Aun hay estrellas en el cielo, y tengo que regresar,
    porque en casa me espera una vida... y un cuento que contar . ​
     
    #1

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