El del ático.

Hay palabras de alguien en el ático;
y sin estar nadie en la casa,
se siente un caminar pausado
que hace crujir la madera
del piso superior.

Aveces pareciera
que sabe cómo abrir la puerta,
y hasta sabe como regresar allá.

Abre la nevera y lanza las cosas.

Pareciera que odia lo que compro,
y hasta registra en el armario
lo que visto.

Habla
para un pronto acercarse
golpeando paredes y fragmentando todo.
De verdad es fuerte
y ya
no es prisionero del todo.

 

Muy bueno.
Toda la fantasmagoría hogareña es muy buena compañera y gran fuente de inspiración.
Saludos.

 

Aunque tarde poeta, pero le doy mi más profunda gratitud.

 

______________________________
De nada, solangel.
______________________________

 

.

Gracias por compartirlo, un gusto haber pasado. Saludos desde mi turbio lago.