El deseo.

La tarde oscura y malva
salpica pequeñas y espaciadas gotas,
sedienta está la tierra, reclama lluvia,
todo es un deseo húmedo y caliente,
las hojas del enramado del bosque,
mirando al cielo, suplican un agua que
no acaba de caer,
la arcilla del camino se resquebraja,
se inquietan los animales en un abrevadero
ya barro y…no, no acaba de llover,
el cielo es un carbón, negro, muy negro,
el aire se levanta sin dirección,
todo es un deseo húmedo,
pero no acaba de llover.​

El deseo no quiere irse,
desea el deseo entre nosotros quedarse,
es hoy el deseo un “divo”, quiere exhibirse
ante un público necesitado de notoriedad.​

[SIZE=3]Pasan las horas, el deseo al fin se va,[/SIZE]
[FONT=Arial][SIZE=3]navegando en un río de agua[/SIZE]
[FONT=Arial][SIZE=3]y con su sed de eternidad.[/SIZE][/FONT][/FONT]​

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una genial y maravillosa inspiración poeta, la he disfrutado a concho...

mi abrazo austral

Ramiro