El destino y las caricias

La danza de mil horas,
abstractas ellas:
Un río de vana eternidad
perdiéndose en filamentos
por mis dedos,
mis dedos, jerarquía de líneas
dispares –destino:
El destino no existe
claro que no y no
y NO
Existen tan sólo las horas de nuestros ojos,
eternos ellos:
Un río de increíble abstracción
encontrándose en nuestras
exactas y subordinadas
manos –caricias:
y esto sí que existe.

 

las caricias palpables a la piel y alma muchas veces son las fuerzas que empujan nuestros pasos hacia el destino que deseamos. Saludos poeta.

 

Rolando; es primera vez que leo sus versos, que bueno encontrarlos, son hermosos, de acuerdo con usted. El destino no existe porque nosotros somos responsables de nuestras acciones, le felicito y dejo estrellas y abrazos.

 

el destino es un andante sin rumbo, gracias por compartir. Odell

 

Gracias por tu comentario!

 

Gracias por tu cariñoso comentario! Un abrazo.

 

Una belleza sin igual, hermosa entrega de una talentosa inspiración, un saludo para ti.