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El Desventurado

Tema en 'Prosa: Generales' comenzado por Edouard, 5 de Octubre de 2017. Respuestas: 1 | Visitas: 357

  1. Edouard

    Edouard Poeta adicto al portal

    Se incorporó:
    15 de Marzo de 2016
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    1.047
    Me gusta recibidos:
    466
    Género:
    Hombre
    De ópalo es tu tez soberbia. Soñando con remotos campos macilentos. Donde una fragua descansa desnuda entre tinieblas de una noche de verano. Y tú, acoplado a la densa respiración de tus vetustos pulmones, jadeas cada vez que quieres dibujar una inocente sonrisa. Cuándo escucharás el murmullo de la sangre densa. Que corre a raudales por los torrentes que rezan el sacro nombre de tus azules venas. Curioseando con tus ojos grises. Cascados por la violación de un moribundo sol. Ya perdido para siempre en el sufragio universal que cacarea tu nombre en la urna fúnebre prendido. Estas hastiado de tanto abrumador fastidio. Que inunda las ciénagas grises llamadas mentes burguesas. Entonces, encierras dentro de tu boca a la levítica mosca que la madre la parió del estiércol inconmensurable. Y te la tragas para a continuación hinchar los carmesís carrillos; y soltar por fin tacos inconfesables en alabanza a Lucifer. Esto es lo que te envicia. Pero al mismo tiempo, desgarra la tela tormentosa de tus más aberrantes pecados. Que salen al fin a la palestra maldita donde jueces jorobados dictarán finiquitada sentencia.
     
    #1
    A homo-adictus le gusta esto.
  2. Edouard

    Edouard Poeta adicto al portal

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    Hombre
    homo-adictus, tal sujeto, prendido de un sentimiento alienante hacia el panorama circundante que lo rodeaba, sentía el latido laborioso de una decrepitud infinita y perjudicial para su malsano corazón. Ya estaba ciego ante la atenta mirada fija de una naturaleza que lo había desechado de su beatífico seno maternal. Y él, desmoronándose en crápula y decrepitud desbordantes que enfermaban aún más si cabe su espíritu desvencijado, sólo pudo resignarse a mostrar todas sus faltas inconmensurables hacia una ralea de hombres de ley. Sin escrúpulo ni tacto fino para apaciguar su ira ya muerta hacía muchísimo tiempo. Atentamente Edouard.
     
    #2

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