El dia que al fin me marche

El día que yo me vaya
homenajes no quiero,
de mis amigos aquellos,
los que me echen de menos
no quiero rezos ni lloros,
ni lisonjas que engalanen,
a mi humilde persona,
el día que al fin me marche.

Ligero de equipaje,
de este mundo me iré
como único legado,
al viento mis sentimientos daré
recuerdos aquí dejados,
etéreos dormirán
haciendo que nunca muera,
si recordándote están,
no quiero coronas marchitas
en mí viaje a ningún lugar,
pudriéndose junto a mi cuerpo,
en nicho sin luz quedarán,
prefiero que las flores suelten
su aroma volando al azar
mandando al mundo olores
de amor de paz y amistad.

El día que yo me vaya
no quiero ningún homenaje,
solo quiero que los poetas
luchen con sus mensajes,
cambiando así el mundo,
con la pluma de estandarte
el yelmo cubriendo ideas,
utópicas y de esperanza,
en este mundo cautivo
falto de tolerancia
de justicia, de igualdad,
de paz, armonía y templanza
en un egoísta mundo
falto de esperanza.


No quiero ningún homenaje,
el día que al fin me marche
solo quiero a las estrellas
recitando al mundo su arte,
rapsodias de esperanza
a quien más falta les hace.

Antonio Nieto Bruna
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Muchas gracias Héctor por el paso por mis letras, espero y deseo que este sueño utópico algún día se haga realidad.
Te prometo pasarme por tus letras, nos leemos.
Un abrazo.

 

Muchas gracias Marcela por el paso por mis letras y por tu BELLA palabra.
Un abrazo.

 

Gracias Jose por tu cojonudo comentario,
Permíteme y perdóname que plagie tu personal estilo de expresión en estos casos:
"Este poema lo he parido en pelotas.
No, no… No en ese hermoso lugar de Méjico.
En pelotas picada. Estaba en la ducha, y mirando mi “esbelto” cuerpo, (El paquete como te lo estas mirando tu en el avatar no soy capaz de vérmelo) me dije…Que pena con lo que yo valgo y que se tenga que comer los gusanos este cuerpín."
Otro muedazo para ti.

 

Muchas gavias Poeta por tu paso y por tus bellas palabras, me ruborizan.
Un abrazo.