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el dios...novela en prosa poética.

Tema en 'Poemas de Amor' comenzado por Simón i Plà, 13 de Junio de 2005. Respuestas: 0 | Visitas: 4335

  1. Simón i Plà

    Simón i Plà Poeta recién llegado

    Se incorporó:
    6 de Mayo de 2005
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    …Yo miraba atónito a nuestros soldados hoplitas circundando a su jefe, al héroe…al dios…

    Ellos construían para él, un muro de contención ante las palabras…y las preguntas no eran siquiera formuladas…

    No sólo somos reconocidos por nuestra disciplina en la formación…sino por nuestra manera de luchar…

    pues…

    Mantenemos un ritmo casi continuo mientras luchamos…no solemos correr sin ningún orden…sino que se nos reconoce por hacerlo al ritmo del sonido de las flautas…citaristas expertos…marcan con sus acordes…dónde combatir…

    Hoy parece que Antino hubiese encargado melodías inéditas con canciones de estrofas perfectas…como si todos los poetas a un tiempo de toda la Hélade…y en Lacedemonia…hubieran acordado asombrar a los dioses…

    Los maestros citaristas, habían colocado un pedestal con Dionisios en el centro de la orquesta…los coros circundaban a las hetarias que tocaban suaves melodías con el aulós…las más preparadas, tocaban la cítara mientras entonaban salmodias…

    Nuestros vínculos religiosos…elevaban plegarias hacia un firmamento -que por momentos- se cuajaba con multitud de estrellas…el amor que Antino profesaba al recuerdo de Eurídice…le hacía ante todos inmortal…la fama es parte del recuerdo…y ella y él eran parte ya de los salmos de nuestra historia…

    Habíamos consultado juntos el oráculo de nuestros dioses y les ofrecimos sacrificios, del mismo modo que lo hacíamos en el campo de batalla…lo que yo observaba, no era un ritual funerario…era la preparación de las nupcias de un dios…

    Nuestra ceremonia no puede considerarse un ritual…en esta ocasión parecía una entrega total…como si nosotros mismos ahora…fuésemos parte de un cambio en nuestra propia identidad…en nuestra historia…

    Los “ Buenos y Bellos ” pertenecientes al consejo de ancianos…alardearon de su nobleza…y en un primer momento quisieron convencernos de que nada diferente ocurría…que todo lo tenían controlado…

    Para ellos…sólo había muerto una de las esclavas del templo de Artemisa…y no querían entender el cambio en su rutina…

    Los espartíatas desde la infancia sabemos cómo comportarnos…no iban ahora a admitir nuevas conductas o enseñanzas…pero la elocuencia del amor, mensajero entre los hombres y los dioses…no necesitaba de nada para abrirse paso, entre los que se aposentan en su condición mediocre…

    La muerte de Eurídice, nos estaba haciendo pensar en cosas trascendentes, como si grandes espíritus, marcasen nuestros caminos…

    Todos fortalecíamos nuestros abrazos con deseos hermosos y cosas bellas que nos ennoblecían…de ese modo nuestos actos estaban cargados de bondad y belleza…ahora sí que nos sentíamos poderosos…

    Las lecciones de la sísitia…pertenecer a la crepteía…
    asumir que ni el frío ni el hambre podía controlarnos…
    Pero…
    …el dolor es nuestro aliado, el deber el único estandarte que nos guia…y ahora nuestra lealtad, era estar con nuestro general…

    Todos hemos nacido para desempeñar nuestro papel en el futuro de nuestra sociedad…la infancia es sólo un reflejo de lo que seremos…

    Honor a nuestro nombre si somos capaces de hacer lo que se espera de nosotros…deshonrra para nuestra estirpe si no somos capaces de proclamar, nuestra increíble capacidad para admitir la muerte…

    El amor a nuestra patria,constituían en sí mismos, lo más noble de nuestros sentimientos… y nuestras acciones gloriosas…nos acercaban a los dioses inmortales…


    El Ágora estaba circundada por columnas y los arcos de las salas, cubiertos con himatios bordados de naves…nos hablaban sin palabras, de victorias pasadas…

    Adornadas las puertas de entrada de ese modo, nadie podía ver realmente quiénes estaban en el interior…era un modo estratégico de impedir que cualquiera participase de comentarios secretos entre los éforos…sólo yo mismo pude escuchar a una distancia muy corta…las palabras de Antino…

    Abrió la cortina con un suave ademán…y poniéndose sólo ante ellos…comenzó a hablar…

    -Todos conocemos nuestras sagradas leyes…La justicia sigue siempre las huellas de nuestros dioses…y hoy aquí, es la propia justicia la vengadora de aquellos, que se han atenido a las leyes divinas…por encima de los sentimientos humanos…

    …” ¡ No es discutible ! …-gritó

    -Es… ¡ justicia.!
    - Vengo para informar…se celebra una boda..estáis invitados…”

    Algunos de los oligarcas pertenecientes a las familias más nobles, comenzaron a gritar…intentaban forzar a Antino a cambiar de actitud clamando que ella había muerto, que era solamente una esclava…
    Pero… no contaban con nosotros…somos soldados cumpliendo una vez más las órdenes…aunque en esta ocasión, nuestro campo de batalla…fuera el campo de la lealtad más ciega…de la voluntad más férrea…todos juntos…seguíamos a nuestro igual…

    -Antino era nuestro jefe, no había duda…ya no éramos, una razón de estado…algo más fuerte que nosotros o la lógica, nos empujaba en una sola dirección…
    -seguir sus huellas…
    Dió un paso atrás…y mirándoles fijamente a los ojos…clamó ante los oligarcas…

    ¡ Los que no amáis…Ya estáis muertos”…!

    Todos los hoplitas a un tiempo, aparecieron tras las cortinas completamente armados…No había duda en el rostro de ninguno de ellos…incluso los ilotas aparecían en las formaciones de atrás…

    En los cuarteles nos habían enseñado a no tener miedo…

    ¡ de qué se asombraban ahora !…sólo somos el producto de nuestra historia…la que ellos mismos nos legaron…

    Callaron todos…no podían formular órdenes ni ruegos, estaban ante la mirada de un hombre seguro de sí mismo…

    La boda será mañana en el templo de Afrodita Orthia…el mismo lugar de nuestras palizas rituales siendo niños…pero aquel dolor compartía lo cotidiano de todos nuestros días…

    Este dolor de ahora, sentido por el dios… mi amigo…
    mi compañero en las batallas…no era un dolor físico al que él está tan acostrumbrado como yo mismo…era el alma la que se le había partido en dos…

    Y ninguna de sus dos mitades, le pertenecía…
     
    #1

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