El discurso de odio

Es común escuchar que el discurso de odio es:

Incentivar el odio.
Combatir al enemigo.
Enfrentar a la gente...​

Pues no se trata de eso.

Lo anterior surge de confundir causas con consecuencias, y peor aún sin conocer los objetivos.

Es parte de una serie de instrumentos basados en el temor. De las palabras de odio, los discursos de odio, las acciones de odio, al terrorismo.

Así que pasaremos a :

Definir el objetivo del discurso de odio.
Luego sus componentes.
Las peculiaridades de sus componentes.
Las aplicaciones.
Sus consecuencias.
Su fortaleza y debilidad.​

Objetivo:

El objetivo del discurso de odio es fidelizar voluntades a través del temor inducido.​

Componentes:

Identificar un peligro que genere temor.
Renombrarlo peyorativamente.
Minimizarlo, ya sea por el ridículo, infantilización, o descalificación.
Culparlo de originar desgracias adicionales.
Deshumanizar o desnaturalizar a este.
Pedir su extinción para que no represente un riesgo futuro.
Y el anuncio de una victoria gloriosa.​

Peculiaridades de los componentes:

Identificar.

La identificación es de un polo opuesto (polarización de posiciones).​

Temor.

No importa tanto si el peligro es real o imaginario, basta que cauce temor. Y el temor más enraizado es a lo desconocido por lo que el imaginario entra de pleno.​

Minimizar al polo opuesto.

Al margen de minimizar al polo opuesto, se suele también ensalzar la propia imagen.​

Culpa o condena sin juicio.

Las culpas ajenas pueden aprovecharse para librarse de delitos propios, o bien distraer la atención.​

Deshumanizar.

Se tiende a aprovechar la deshumanización del polo opuesto para juzgar a los "traidores" propios.​

Extinción.

El pedido de extinción es la parte que emplea mayor retórica o disimulo. Suele ser la parte más encubierta o tratada de manera indirecta mientras se otorga albedrío a los seguidores para que procedan a "tomar acción".​

Victoria.

Esta parte está presentada como un futuro ideal y alcanzable... o bien como un pasado glorioso fácilmente recuperable.​

Las aplicaciones.

El discurso de odio es una herramienta de manejo de masas empleada para varios fines (apoyados en el respaldo obtenido).

Para usurpar un gobierno.
Para luchas de poder y purgas.
Para aumentar cargas impositivas.
Para reclutamiento militar forzado.
Para retener el poder extemporáneo.
Para ocultar corrupción o errores.​

Las consecuencias.

La mayor consecuencia es librar de responsabilidad a los dirigentes, mientras los costos y cargos legales son pagados por los seguidores activos y pasivos.

Es decir, que otros peleen y se sacrifiquen en tanto los oradores iniciales se libran de castigos mientras esperan tranquilamente que les lleven los premios.

​

Su fortaleza y debilidad.

Los voceros más hábiles dividen el discurso de odio en varias alocuciones, dificultando que se reconozca su naturaleza.
Adicional hay retransmisores del discurso de odio. Gentes que aceptaron sin entender y se dedican a repetir.
Y al final de la cola asoman los armadores de discursos collages.
Pero no todo vocero sabe manejar todos estos aspectos, llegando a cambiar el orden o incluso no cumplir uno o varios componentes. Lo que resulta en discursos personales de rabia o rencor.​

La permanencia y fuerza del discurso de odio no se halla en las palabras iniciales.

Se halla en las voces repetidoras.
Se halla en las manos de los seguidores.​

Y no se percatan que están siendo usados.

Su debilidad radica en que la fidelidad por el temor al polo opuesto, se degenera en temor al mismo gobierno.
De allí que tendrán cada vez menos voces de difusión en el interior y deberán auxiliarse de voces de fuera, los polyeznyi (idiotas útiles).

Estas son las ironías del discurso de odio.
Predican la igualdad mientras polarizan su población.
Buscan la fidelidad interna predicando el temor externo. Pero se sostienen por la fidelidad externa y el temor interno.

 

Me detuve aquí porque hay mucha verdad y mucho aprendizaje.

Saludos