El discurso

Ya surca el aire la palabra, presta
se adueña del oyente, lo sacude,
le pinta un cielo límpido, sin nubes,
lo gana, lo subyuga, lo sujeta.

Torpe, futil, errante, indefinida,
la idea en el crédulo hace mella,
rauda lo induce, le marca la huella,
lo desarma, lo anula, lo encandila.

Surge el amor, la fuerza, la esperanza
y el débil ya se ablanda, ya confía,
se despierta la Fe magnificente,
se le clava en el pecho, lo obnubila.

El orador declama, en su locura,
arrogante le impone sus ideas,
la turba candorosa las escucha
y con candor insano, vitorea.

 

Es un placer encontrarte y leer tus versos tan precisos. Hay mucha fuerza en tu expresión y en tu poema. Me gusta y espero volver a encontrarte pronto.

Un beso.