El dolor quemo sus ojos

Volvías todas las mañanas sin un lugar a donde ir,
no solías mirar a los ojos, tampoco solías reír.
Me pregunto que ha de pasarte, me pregunto que has de sentir.
Mueres todos los días, mueres al vernos partir.

Alguna vez fuiste joven, alguna vez tuviste un sueño.
Que efímera es la vida hasta tu iris se ha vuelto gris.
Ya no serán lo mismo las mañanas ya no serán lo mismo los inviernos.
Dejaste en mis ojos espinas, en mi corazón un pañuelo.

Aquella mirada nostálgica y reflexiva, aquel atuendo maltrecho,
no pude evitar observar al pasar y regalarte un aliento.
Charlo contigo en la vigilia, te pregunto como estas en mis sueños,
a veces consigo una sonrisa, algunas otras quiebro en desconsuelo.

El viento sacude mis cabellos cuando paso por tus pagos,
fuiste alma en vida y hoy eres vida en alma.
Ayer te lloraban los angeles por no estar junto a ellos,
Hoy te lloramos desde abajo, hoy las lágrimas van hacia el cielo.

 

A la memoria de una abuela.