El drama extraordinario

Mi madre tiene dicho que soy solo pamplinas,
que no doy punzada sin hilo,
que conozco la aguja
de marear,
que siempre estoy tocando el zueco,
también rizando el rizo,
que tengo un piquito de oro,
y que me cambia mucho el chip.

Me pregunto si todas estas cosas
tienen connotaciones negativas,
y no acabo de verlo.

Una vida buscándole sentido a mi carácter,
¿para qué?
No soy solo un escéptico, ni tampoco un iluso,
no soy lo que la sociedad pretende,
pero sí soy voluble.

No sé contra qué lucho a cada instante.
Siempre cambio de tercio, y de realidad.

Mi madre se preocupa,
me interroga y se explaya en sus sermones,
solamente le digo que estoy mal,
y todo lo que suelto por la boca lo empeora.

No encuentro mi camino,
no me centro,
no escojo,
no sé qué me conviene,
soy un desdoblamiento de personalidad.

 

Delicioso poema, lo he disfrutado muchísimo. ¡Felicidades!


Un abrazo,

Palmira

 

Gracias miles amiga Palmira.
Abrazos y felicidad.